Ciudad de México.- Fue candidata a la presidencia en el ya lejano 2006, con una agenda progresista logró posicionar su imagen entre los grupos de izquierda que no pertenecían a los partidos políticos. Desde entonces, Patricia Mercado se instaló como una de las mujeres con mayor peso político del país.
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Lejos quedó el tiempo en que le decían que “se fuera a Suecia” porque sus postulados, a juicio de los detractores, adecuados para México.
Hoy, desde el Senado, Mercado mantiene su agenda progresista, lo que le ha hecho ser la voz de varios grupos minoritarios, al tiempo de lograr avances importantes para que se concreten libertades para los ciudadanos.
Tenemos varios años con mucha gente apoyando las causas, digamos desde que Cuauhtémoc Cárdenas fue candidato a la presidencia y el asunto del fraude electoral, donde muy posiblemente ganó la presidencia. Hoy hay liderazgos en varios estados que están empujando los cambios desde los congresos, congresistas mujeres y hombres traen una agenda progresista desde hace años y que la van a empezar a impulsar”.
El presidente López Obrador llegó a la silla diciéndose de izquierda, pero lo cierto es que no ha movido un dedo para realizar reformas favorables a la agenda progresista…
Las elecciones permitieron que surgieran liderazgos muy fuertes en las diferentes regiones, dentro de Morena hay liderazgos por todo el país que no precisamente comulgan con los planteamientos del presidente; de hecho, él en estos temas de avanzada, en términos de reconocimiento de libertades y derechos, no comulga con ellos, o al menos no están en su agenda”.
Para Mercado, que el presidente haya mostrado su cara más conservadora los últimos tres años no implica que los cambios en el país no llegarán, aunque sea a través de las entidades y no de Palacio Nacional o el Congreso de la Unión.
Esto lo digo porque vemos cómo en Baja California se busca legalizar el cannabis, como ahí mismo se prohíben las terapias de conversión, o como en Hidalgo se despenaliza el aborto, como antes pasó en otros estados”.
La renta universal y el ingreso vital son dos temas empujados con fuerza por usted, ¿realmente son viables en el contexto económico del país?
En el caso del ingreso vital hay que considerar que en otros países se hizo frente a esta crisis económica provocada por la pandemia, pero en el caso de México, la gran mayoría de trabajadores informales simplemente se quedaron sin nada, además de que muchas empresas pequeñas y medianas no pudieron continuar porque no recibieron suficientes apoyos. Aquí el tema es que, si el Estado te pide quedarte en casa, debe darte la forma de obtener ingresos, el asunto es que el Ejecutivo nunca quiso hacerlo porque creyó que con los programas sociales que instauró era suficiente. Es algo que debemos impulsar”.
Para tales fines el país requiere recursos. ¿Es tiempo de hablar sobre una reforma fiscal progresiva?
Bueno, es una de las discusiones, por supuesto vivimos en una sociedad profundamente desigual y eso está clarísimo, donde la pobreza, la diferencia de ingresos entre los más ricos y las mayorías pues son realmente enormes, por no decir éticamente inaceptables. Entonces necesitamos una reforma fiscal necesariamente, porque sí, es verdad, este Gobierno le ha apostado a la recaudación lo cual está bien y sí ha avanzado en recaudación y, por supuesto, también le ha apostado a castigar digamos aquellos que han violado la ley, al tiempo de cobrar lo que debe cobrar, pero sí necesitamos una reforma fiscal más robusta que no castigue no más a las clases medias, no a los trabajadores que son los que son cautivos para pagar impuestos, sino que realmente sea una reforma fiscal que haga pagar más a los que más tienen”
Otro punto de gran interés, de apoyos y detracciones, es la despenalización del uso del cannabis; en los últimos días se lograron varios cambios. ¿Cuál es el panorama actual?
Uno de los objetivos más importantes es que el Estado regule el mercado de las drogas, que no sean las bandas del narcotráfico quienes regulen, porque entonces ahí sí estas bandas no respetan niños, no respetan adolescentes, no respetan territorios, lo hacen a la mala; entonces el Estado debe entrarle. La visión prohibicionista no nos ha llevado a que se reduzca el consumo de drogas, menos a que se reduzca la inseguridad, por el contrario, cada vez hay más guerra, cada vez el estado está más impotente frente al crimen. Eso es lo que nosotros seguiremos impulsando”.
El aborto es otro tópico clave: el mundo va hacia la despenalización, pero aquí seguimos con el freno de mano. ¿Cuál es el panorama?
Es una disputa ideológica. Los derechos de las mujeres están cobrando legitimidad e importancia, y uno de ellos es decidir frente a un embarazo no planeado o no deseado… además, es también un tema de justicia porque en la mayoría de los casos son las mujeres pobres las que más riesgos tienen al no tener recursos para atenderse adecuadamente. Pero ojo, la discusión no está en lo ideológico, porque esa discusión nunca la vamos a ganar, aquí se trata de generar políticas públicas y reformas que respondan a problemas sociales reales.
Fuente. Redacción Tribuna