Hermosillo, Sonora.- Las versiones periodísticas coinciden: en la penúltima visita del presidente López Obrador al estado con ella como gobernadora, Claudia Pavlovich aprovechó unos minutos que tuvieron a solas para lanzar el anzuelo: “quiero probar en el servicio exterior”, le tiró a un presidente que picó con facilidad, pero no sin salir ganando.
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Diversos analistas y columnistas afirman que la entonces presidenta de la Conago fue fundamental para que el mandatario lograra negociar con los gobernadores de oposición y, de paso, calmar a aquellos con los que existían fricciones, como fueron los casos de Miguel Riquelme (Coahuila) y Francisco García Cabeza de Vaca (Tamaulipas).
Poco le importó al presidente que en las campañas electorales, los candidatos de Morena afirmaran que Pavlovich había saqueado las arcas estatales, así como provocado una crisis social e institucional sin parangón, es decir, que el discurso político la tuviera a ella como principal figura del debilitamiento de la entidad.
Incluso, en sus primeros días de gobierno, Alfonso Durazo mantuvo el tipo y aseguró que se iría a fondo los actos que en el sexenio anterior laceraron a la hacienda pública, para después apegarse al guion dictado por un López Obrador que, a través de una llamada, le confirmó a la exgobernadora que el consulado en Barcelona le esperaba.
Ayer, durante su visita a Hermosillo, López Obrador defendió su decisión y dejó en claro que la posición se le otorgó a Pavlovich por “su ayuda”. A los rivales políticos, que tanto le criticaron y acusaron, les tocó, una vez más, tragar sapos.
Tomé la decisión porque en el tiempo en que estuvo de gobernadora, conté con su apoyo y siempre fue respetuosa con el gobierno federal, no tuvimos ninguna diferencia y por eso tomé esa decisión", dijo el titular del ejecutivo.
López Obrador insistió en la designación frente a una prensa ansiosa por saber por qué le otorgaba la oportunidad a una política cuya imagen se encuentra en horas bajas: “son apreciaciones (las acusaciones y señalamientos). Nosotros no tenemos ninguna denuncia formal contra ella (…) entonces no podemos hacer a un lado a nadie por denuncias públicas", argumentó.
La ‘pausa’ genera dudas
A mitad de semana, el presidente reflexionó sobre la necesidad de que México hiciera una “pausa” en su relación con España, lo cual, además de levantar polvareda mediática, pone en entredicho el futuro de Pavlovich, quien aún no ha esgrimido alguna declaración tras el anuncio de la Secretaría de Relaciones Exteriores de que sería la nueva cónsul en Barcelona.
El círculo cercano de la gobernadora ha dejado ver su angustia tras los dichos presidenciales, de los cuales el propio López Obrador se vio obligado a recular, en buena medida por la dura respuesta del gobierno español, que, a través de una carta, aseguró que defenderá no sólo los intereses de sus ciudadanos y de sus empresas, sino también una relación diplomática, social y comercial que supera, incluso, a los mismos gobiernos involucrados.
Cabe recordar que la prensa ibérica ya había evidenciado la preocupación de su gobierno por dar entrada diplomática tanto a Pavlovich como a Quirino Ordaz (exgobernador de Sinaloa nombrado embajador); éste último sólo fue aceptado, de acuerdo a versiones de los medios españoles, gracias a un trabajo de convencimiento por parte del canciller Marcelo Ebrard con sus homólogos españoles.
Queda ver si el consulado para Pavlovich sigue firme.
Fuente: Staff