Cajeme, Sonora.- La corrupción es un problema tan grave que incluso las personas privadas de la libertad no se salvan. Y es que, el 40 por ciento de los reos en Sonora señalan haber sido víctimas de al menos un acto de corrupción.
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De acuerdo con la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad 2021 (Enpol), los reos que han vivido corrupción en alguna etapa penal en el estado están por arriba de la media nacional que es de 36.5 por ciento.
Del total de 40 por ciento, 12 por ciento fue víctima al momento de su detención, 8.4 en el Ministerio Público, 5.1 en el Proceso Judicial y 29.2 en el Centro Penitenciario; está última también es un cifra por encima de la media nacional que es de 17.9 por ciento.
Ahora, una vez dentro de la cárcel, los reos se ven obligados a pagar cierta cantidad de dinero si es que quiere gozar de algún privilegio. En Sonora se estima que 56.7 por ciento de la población privada de la libertad pagó dentro del centro en los últimos doce meses por tener aparatos eléctricos.
55.2 pagó por cambiarse de celda; 45.2 pagó por brincarse el pase de lista; 28.5 por tener cama y cobijas y 28.4 por tener acceso a un teléfono. En el caso de los dos primeros tópicos hay que decir que Sonora está por encima de la media nacional.
Lo más grave es que los custodios/guardias fueron los mayores beneficiados con estos pagos de parte de los reos. En Sonora, el 94.6 por ciento del total de pagos ilegales para obtener un servicio, bien, beneficio o permiso fueron a los custodios; este porcentaje está 3.1 por ciento por encima de la media nacional.
24 por ciento de los pagos fueron a otro interno y 9.1 por ciento a personal técnico penitenciario. Y resalta que sólo el 1.7 por ciento de la población que fue partícipe de los actos de corrupción se quejó, es decir el 98.3 no presentó denuncia alguna.
El sistema dentro de los centros penitenciarios está tan podrido que incluso los reos realizan funciones de autogobierno y cogobierno. El 55.3 por ciento de la población privada de la libertad en Sonora señaló que ha visto a sus iguales realizar actividades de autoridad.
En el 45.2 por ciento de los casos ha sido manejo de llaves de las celdas, la cual es una estadística muy por encima de la nacional que es de 25.2 por ciento.
Las otras situaciones son: 26.1 por ciento de reos participando en la asignación de celdas a otros internos; 22.9 realizando tareas de vigilancia; 20.2 que cobran a otros por bienes o servicios y 19.4 organizan riñas entre grupos internos por el control del centro.
- VIOLACIÓN DE DERECHOS COMO NORMA
Otro aspecto preocupante al que se tuvieron que enfrentar los reos antes de su llegada al centro penitenciario fue a los actos de violencia cometidos en su contra después de la detención.
36.8 por ciento de la población privada de su libertad en Sonora dijo haber sido incomunicada o aislada después de la detención mientras que 33.7 por ciento manifestó haber sido amenazado con levantarle cargos falsos.
Al 32.1 por ciento lo pasearon por las calles antes de entregarlo al Ministerio Público y al 27.5 por ciento lo amenazaron con hacerle daño. Por otra parte, las personas privadas de la libertad también señalan haber sufrido agresiones físicas al momento de su detención.
El 30.5 por ciento dice haber soportado patadas o puñetazos por parte de la policía o autoridad que los detuvo. El 17.7 por ciento fue golpeado con objetos, el 15.7 por ciento sufrió lesiones por aplastamiento, el 15.3 asfixia o ahorcamiento.
Y el 14.4 por ciento sufrió ataduras. Esto da cuenta de la brutalidad que puede ejercer la policía al momento de la detención de una persona, pese a que deberían estar capacitados para reaccionar en esas situaciones.
Fuente: Staff