Cajeme, Sonora.- Las fronteras de Nogales y San Luis Río Colorado, en Sonora, son catalogadas por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) entre las más porosas de México. Mientras la segunda es utilizada para traficar personas y drogas, la primera suma un delito clave para el desarrollo del crimen organizado y “empresarios” norteamericanos: el tráfico de armas.
En la última década, los grupos criminales utilizan con naturalidad la línea fronteriza del estado y sus rutas para llevar el armamento hacia los municipios en donde la disputa del territorio se recrudece, así como a otros puntos como Sinaloa y, en menor medida, Baja California Sur.
De acuerdo a datos recolectados por autoridades de ambos lados de la frontera y de organismos internacionales, Sonora y Tamaulipas lideran la entrada de armas provenientes de Estados Unidos (EU), todo a través de un engranaje perfectamente engrasado.
El problema toma forma desde el número de armas que han sido incautadas de enero de 2011 a marzo de 2021; en dicho periodo, Sonora contabiliza 7,307; el dato no hace más que alarmar, pues la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) informó durante su pleito legal contra las armadoras norteamericanas (a las que acusa de potenciar el tráfico) que únicamente quince de cada cien armas traficadas acaban en manos de la autoridad.
- OPERACIÓN
Un estudio encargado por la Cámara de Diputados al Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública detalla que, en el caso de Sonora, la mayor parte de armas que acaban en poder de los grupos criminales provienen de Utah. Situado al norte de Arizona, Utah es uno de los estados donde en la última década han proliferado los negocios que comercian con armas, algo aprovechado por las redes de tráfico para tejer alianzas y líneas de distribución.
Los cárteles suelen traer gente a las zonas y estos corrompen a decenas, incluso cientos de ciudadanos que adquieren legalmente el armamento para después entregarlo; tras borrarles números de serie y algunas especificaciones más, son llevados a México”, explicó el especialista John Wynalda a la agencia AP.
El estado ha otorgado, según sus propios registros, más de 900 mil permisos para adquirir armas en la última década, esperando a cerrar en un millón para este año y se estima que al menos el 30% terminó entre criminales.
- DE PASO
La Cancillería mexicana cifra en 200 mil la cantidad de armas que entra a país anualmente, de las cuales al menos 40 mil lo harían por Sonora, mismas que no acaban en su territorio, sino que siguen su camino hacia otras entidades hacia el sur. Los datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) precisan que estados como Michoacán y Guerrero tienen más incautaciones de armas que los mismos fronterizos, lo que revela cómo la guerra intestina en México es subsidiada con el parque gringo.
De hecho, dentro de su mismo territorio, Sonora es testigo de cómo en todos sus municipios circula el armamento, desde Nogales hasta Navojoa, donde se ha dado el decomiso más grande que se recuerde (casi 200 armas más equipamiento variado).
Fuente: Tribuna