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Desaparecer un riesgo implícito en Sonora; suman 4 mil 361 personas desaparecidas

Las desapariciones en Sonora, se sabe, están a la orden del día, la disputa del crimen organizado por el territorio, aunado a una impunidad casi absoluta por “levantar” o desaparecer a una persona

Desaparecer un riesgo implícito en SonoraCréditos: TRIBUNA
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Ciudad Obregón, Sonora.- Las desapariciones en Sonora, se sabe, están a la orden del día. La disputa del crimen organizado por el territorio, aunado a una impunidad casi absoluta por “levantar” o desaparecer a una persona, abonan un campo fértil para un crimen que amarga la realidad.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), la cual pertenece a la Secretaría de Gobernación (Segob), 4,361 personas han desaparecido en el estado entre enero de 2006 y el día de ayer.

En el país son 255,263 los desaparecidos, equivalente a dos estadios Azteca y medio; de ellos, 103,101 no han sido localizados.

Por su parte, Sonora se ubica como la sexta entidad con más casos en el país, sólo superada por Jalisco, Estado de México, Tamaulipas, Nuevo León y Sinaloa, aunque con el estado ocurre algo tan particular como escabroso.

Contrario a lo que pasó en Nuevo León, Tamaulipas o el mismo Sinaloa, sus desaparecidos no se dieron en el sexenio de Felipe Calderón, famoso negativamente por ser en el que está malaria social se esparció por todo el territorio nacional.

No, en realidad lo hicieron durante el mandato de Enrique Peña Nieto y se extendieron al de Andrés Manuel López Obrador; en medio de ello hay una jugadora clave: Claudia Pavlovich.

Durante el gobierno de la hoy cónsul no sólo se multiplicaron los casos, sino que la impunidad brotó súbitamente mediante una Fiscalía desbordada por la realidad. 

  • Números rojos.

En 2006, cuando Calderón les declaró la guerra a los cárteles, las desapariciones se multiplicaron casi en todo el país, pero no así en Sonora que para ese entonces era dominado por un grupo y la falta de una disputa sangrienta minimizó los horrores.

Aun así, a partir de dicho año los números se movieron: dos desaparecidos, un número que se presumía, en una fiesta que duró poco. Para 2007 la cifra creció más de 900%, situándose en 23, que luego fueron 37 en 2008 y 53 un año después.

Para 2010 ya estaba en 75 y en 2012 superó la centena: 123, luego la situación ya nunca mejoró. De hecho, los dos últimos años del gobierno de Guillermo Padrés fueron trágicos, pues se reportaron 678 desapariciones, más de la mitad que en todo el sexenio, que cerró en 1,116.

  • Pero lo peo estaba por llegar 

Luego de que Pavlovich asumiera el ejecutivo estatal, las desapariciones se convirtieron en un asunto cotidiano en Sonora: 2,865 casos, producto de las luchas territoriales de los cárteles, además de la epidemia de violencia de género que azota a la entidad.

  • Crisis total 

El análisis de la Comisión de Búsqueda revela que Sonora es particularmente agresivo con las mujeres, ya que el 22% de las víctimas pertenecen a ese género, de hecho, el estado se sitúa igualmente en el sexto lugar nacional de mujeres desaparecidas y Hermosillo como la séptima ciudad con más casos.

Pero esta no es la única laceración que el problema provoca: los cálculos revelan que sólo una tercera parte de quienes desaparecen aparecen con vida, mientras que un raquítico 2% es encontrada con vida.
La tragedia radica en que el 64% de los desaparecidos en Sonora no se sabe si están vivos o muertos, es decir, la probabilidad de conocer el paradero de quien se extravía o es levantado es pequeña.

De las 2150 mujeres que han desaparecido, 901 no han vuelto a casa, esto conforme al análisis de Quinto Elemento Lab.

  • Zona caliente 

El mismo contenido de Quinto Elemento Lab detalla que más de la mitad de desapariciones en el estado se concentran en cuatro municipios: Hermosillo, Nogales, Cajeme y Guaymas.

Esto, conforme a los análisis de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y organizaciones como el Centro Prodh, puede deberse a varios factores, entre ellos el tráfico de drogas, la trata de personas y la migración ilegal.

Pero lo peor está en que el problema no para, que ninguna autoridad ha sido capaz de frenarlo.

Fuente: Tribuna