Cajeme, Sonora.- La demandada reubicación de las vías del tren en Nogales por fin fue escuchada por un gobierno federal, esto luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) decidiera invertir más de seis mil quinientos millones de pesos para tales fines.
El mismo gobernador Alfonso Durazo dio detalles antes de su Segundo Informe de Gobierno, al tiempo de no ocultar su alegría porque, luego de años de pelearla, la reubicación podrá cristalizarse en, de acuerdo a la planeación, alrededor de un año. Todos los análisis apuntan a que modificar la ruta de los trenes será un paso fundamental para el desarrollo de Nogales, frenado industrial y comercialmente por más de medio centenar de cortes en sus principales vías de comunicación.
Te podría interesar
El proyecto federal, en manos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), considera que con el movimiento se liberarán hasta 68 hectáreas de terrenos planos, lo que brindaría un interesante espacio para inversiones de todo tipo. Además, la intención es conectar a Nogales con Guaymas mediante este nuevo trazado; lograrlo detonaría la economía de ambas ciudades ante la modernización de todo el Puerto federal de carga, así como la posible llegada de vuelos comerciales al aeropuerto.
Pero los problemas ya comenzaron a surgir.
Daños
El río Cocóspera, que nace en el corazón del desierto sonorense, es clave para varias localidades, pues suministra de agua a decenas de miles, en un equilibrado pero delicado ecosistema que hoy se ve en riesgo por la acción del gobierno federal. El proyecto de construir una nueva línea ferroviaria para trenes de carga que conecte Nogales con el Puerto de Guaymas pretende atravesar el valle del Cocóspera, área natural protegida.
De cuerdo con la asociación Widlands, la obra pasaría a las afueras de Ímuris y dividiría en dos el corredor Sierra Azul – El Pinito, una ruta que “causaría grandes daños ecológicos al hábitat ribereño crítico y perjudicaría a jaguares, ocelotes y osos negros, así como a otras especies en peligro de extinción de la región como la salamandra tarahumara, la rana leopardo de tierras bajas y la codorniz de Moctezuma”, explica la organización estadounidense.
La investigación de Widlands, como la de otras asociaciones civiles fronterizas y plataformas de investigación como Mongabay, revelan que la línea propuesta para las vías atraviesa los vecindarios de cerca de 200 familias, e incluso afectaría a el Rancho El Aribabi, un Área de Conservación certificada por las autoridades federales que atiende a la flora y a la fauna endémica y en riesgo de extinción.
Los habitantes de la región han mostrado su preocupación por los daño que podrían resentir sus manantiales y el resto del entorno natural. Para Mirna Manteca, codirectora del Programa del Noroeste de México de Wildlands, el objetivo de las organizaciones y los ciudadanos es “proteger el hábitat y a las personas, que al final son las que necesitan el respaldo”.
Dudas
Los habitantes que podrían ser afectados, y que entre marzo y abril pasado realizaron diversas marchas y manifestaciones, consideran que el problema sigue siendo que hay poca información a su disposición, algo típico cuando se trata de la Sedena. En una postura flexible y cercana, el gobierno estatal ha intervenido en el tema para explicar a los pobladores que no hay mayores riesgos ni para su salud ni para sus pertenencias, pero esto no termina de convencerlos ante la opacidad de los militares.
Por ejemplo, Mongabay explicó a este medio que existe un contrato entre la Sedena y la firma consultora Key Capital (involucrada también en el Tren Maya) en la cual el compromiso es elaborar un estudio detallado de la propuesta ferroviaria.; para tales fines, la dependencia militar pago 91.8 millones de pesos.
Al solicitar más información a la Sedena sobre el proyecto, ésta se negó a responder las solicitudes directas y las de información realizadas por las asociaciones civiles en la Plataforma Nacional de Transparencia con un alegato de que el proyecto “se encuentra en proceso de consolidación”. De acuerdo con Mongabay, no existe información de impacto ambienta y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales aseguró no tener información al respecto de cualquier tema relacionado con la obra.
Para Manteca, las autoridades federales tendrían que dar más luz al respecto para lograr calmar a los ciudadanos, sobre todo a aquellos que viven en áreas naturales, cuyo entorno ven en riesgo por las poderosas obras que se planean realizar.
Fuente: Tribuna