Etchojoa, Sonora.- Más 5 cinco horas de terror, vivió un joven menor de edad, quien cayó al fondo de un pozo abandonado en las parcelas del municipio de Etchojoa, donde prácticamente volvió a nacer al ser rescatado por los elementos del Cuerpo de Bomberos, cuando todo parecía que el delirio y la agonía acabarían con su vida.
Al respecto de este proceso, Reinaldo Amarillas Meza, comandante de Bomberos, precisó: "La verdad, fue un milagro el que lo hayamos encontrado, ya que el accidente no sucedió en una zona visible, ni siquiera cercana al pueblo. Dios le dio otra oportunidad de vivir, ya que era imposible que alguien diera con ese pozo, si no era por un señor que a lo lejos escuchó sus gritos e inmediatamente nos alertó".
LOS HECHOS
Los reportes señalan que a partir de las 07:00 horas de este viernes, el menor de edad se encontraba pastoreando unas cabras, cuando de repente una de ellas se perdió y al momento de buscarla, se asomó a un hueco, terminando al fondo del mismo. Debido a que el pozo abandonado se encuentra en un lugar poco accesible, así como alejado de la carretera y del pueblo más cercano, el joven permaneció más de cinco horas en lo profundo del pozo.
"Es un pozo de 30 metros de profundidad, pero afortunadamente no presentó lesiones al caer, pero sí tenía un cuadro de deshidratación y falta de oxígeno. Entre las picaduras de mosquitos, así como el tiempo que pasó pidiendo auxilio sin obtener respuesta, el joven comenzó a entrar en pánico y pudo haber muerto de algún infarto, porque es un lugar bastante caliente, sucio, con bichos, oscuro y sin oxígeno, además de angosto, ya que tiene una circunferencia de poco más de un metro", señaló Amarillas Meza.
Tras casi cinco horas, fue ahí que el milagro ocurrió, ya que un señor que pasó cerca del predio montando a caballo, escuchó los gritos del joven y comenzó a buscarlo; una vez que lo encontró, cabalgó inmediatamente a la tienda del pueblo para marcar al 911 y alertar a las autoridades, salvando la vida del adolescente. "Cuando llegamos nos pedía con urgencia que le lanzáramos una gorra porque los moscos le estaban picando su cabeza".
Cuando lo logramos sacar a través de cuerdas, el joven fue atendido por paramédicos de la Cruz Roja, donde se detectó que su cerebro no tenía oxigenación, al grado de que no se acordaba ni de su nombre, ni qué día era", agregó.
El comandante de Bomberos puntualizó que joven ya se encuentra sano y salvo en su hogar, mientras que se pedirá a las autoridades correspondientes, así como al propietario del predio, a que tape el pozo abandonado, debido a que pudiera convertirse en una trampa mortal.
Fuente: Tribuna