Sonora, México.- Dieciséis meses después de tomar las riendas del Ayuntamiento de Guaymas, la alcaldesa Karla Córdova no sólo no ha brindado los resultados que la ciudadanía le exigía; el puerto se encontraba en horas bajas tras el gobierno de Sara Valle, por lo que las expectativas sobre el cambio eran altas. Lamentablemente, la vox pópuli, los hechos y los datos oficiales revelan que la administración actual no ha mejorado en nada a la anterior y, en realidad, ha ido a peor.
Los servicios públicos se mantienen insuficientes y no cumplen con las exigencias de los habitantes, que deben enfrentar condiciones no aptas para una ciudad. Basta con ver el primer cuadro de ésta: la suciedad, el caos del comercio ambulante, las fugas de aguas negras y la nula vigilancia en el sector son el pan de diario para transeúntes y automovilistas.
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“El primer cuadro, el Centro, es la presentación de cualquier ciudad, y aquí parece que el Ayuntamiento no lo entiende, aguas negras corriendo por las calles con pestilentes olores, es lo que ofrecen a los visitantes. Estamos mal”, refirió Asunción Domínguez, vecino del sector.
A partir de que Córdova es alcaldesa, el centro de la ciudad ha mostrado su peor rostro, alejando a los visitantes y a los mismos guaymenses, quienes buscan evadir sus visitas. Hernán Gómez, comerciante y dueño de dos locales relató que afuera de sus negocios hay baches que complican el acceso e inhiben a los clientes: “el problema que tenemos en toda la avenida de la Calzada son las fugas, primero tienen que arreglar la tubería y luego tapar los hoyos”, relató en tono molesto.
Recordó que desde el 2014 no se ha hecho un trabajo de reparación en las vialidades del sector, porque sólo han tapado baches. “No podemos seguir, se necesita que le den mantenimiento por parte de la CEA y maquinaria del Ayuntamiento para que los trabajos que hacen de rehabilitación sean duraderos”, agregó. En otro ejemplo del desaseo con el que se ha manejado la actual administración está el malecón, la emblemática zona ha sido sometida al olvido; sólo recientemente, por la llegada del Carnaval, ha sido remozada, pero todos han atestiguado las acciones vandálicas que trascurren con absoluta impunidad, además del deterioro de una infraestructura que pone en riesgo a los paseantes; sin mencionar el mal alumbrado público y el desgaste de las zonas comunes.
Tal parece que a la alcaldesa le apura darle una manita de gato al malecón, por su Carnaval, pero, año y medio pasó sin que lo volteara a ver; esperemos que pasadas las fiestas siga dándole mantenimiento, hay muchas zonas de riesgo”, expuso Valeria Gutiérrez, quien frecuenta el lugar para pasear a su pequeño Alexis.
Inseguridad, el drama
Ya es común ver escenas en donde estudiantes o ciudadanos comunes corren por sus vidas, despavoridos, ante la lluvia de balas que cruza un día sí y otro también las calles de Guaymas; en esos eventos, la policía municipal brilla por su ausencia. Pero también lo hace en los delitos de menor impacto; la falta de personal (la corporación no rebasa los 250 policías, por lo que carece de al menos 200) ha impactado en los delitos del fuero común, pues prácticamente no existe un plan de prevención.
De acuerdo a datos del Semáforo Delictivo, en 2022 hubo 74 denuncias de robos a casa habitación, lo que significó un alza de 37% con respecto al 2021. Arturo Sandoval Barbarin, líder de la Unión de Comerciantes del Centro dijo que los robos durante los primeros días del 2023 se han mantenido en el primer cuadro de la ciudad: “necesitamos que los policías anden a ras de suelo, realizando rondines en las cuadras del Centro durante la tarde noche, que es donde más se han presentado robos en los comercios”.
José Méndez, vecino del fraccionamiento San Marino de Guaymas Norte dijo “no podemos dejar nada afuera, porque todo se llevan, aquí en las cuadras las casas que están deshabitadas los ladrones las dejaron ‘pelonas’, arrasan con todo. Por las noches no hay vigilancia de patrullas, aquí los perros son los que nos anuncian cuando andan personas desconocidas en la cuadra, estamos olvidados por las autoridades”, expresó.
Claman paz
Los ciudadanos claman que el Puerto regrese a la seguridad que lo caracterizaba desde siempre, pues al parecer ‘el deseo’ que pidieron para este 2023 que existiera paz y tranquilidad no llega y no hay capacidad de respuesta por parte del ayuntamiento. Como medida desesperada, en días pasados no quedó más que encomendarse a Dios: el Obispo de la Diócesis de Ciudad Obregón y feligreses marcharon y elevaron plegarias por medio de un rosario por la paz en las calles del fraccionamiento ‘Ocotillo’ de Guaymas Norte, la zona donde privaron de la libertad a un empleado de la CEA, que después apareció sin vida.
Fredy Osuna, activista social dijo “que triste y lamentable ver a Guaymas así, se acabaron los tiempos en que podías caminar tranquilamente por el Centro, las colonias, ir a las tiendas por la noche, salir a pasear con tu familia. Este no es el Guaymas al que nos vamos a acostumbrar, este no es el Guaymas que quiero para mi hijo, creo firmemente en que sí hay de otra y que esto puede y debe cambiar por el bien de nuestras familias”, expresó.
Nancy Llamas, del Comité Vecinal de Guaymas Norte citó “triste realidad la que estamos viviendo en mi Guaymas que no tenemos tranquilidad, ni en nuestra propia casa esta horrible estamos, viviendo un horror”. Ante el clamor ciudadano, Córdova sólo atinó a decir que la inseguridad “es algo que empezó hace muchos años, no es algo nuevo para Guaymas”.
El año pasado, conforme a los datos del Secretariado Nacional de Seguridad Pública se denunció el robo de 111 vehículos, por poner otro ejemplo de cómo ha crecido el delito contra los bienes materiales de la población.
Fuente: Tribuna