Hermosillo, Sonora.- El área global dedicada a la cultivación de tabaco cada año equivale a unas 200 veces el tamaño de Hermosillo. Así es, la tierra que usamos para cultivar un producto mortal a nivel mundial podría llenar nuestra querida ciudad más de 200 veces. Ahora, imagine si esta tierra estuviera dedicada a cultivar alimentos para nuestra gente. ¿No ayudaría eso a transformar el rostro del hambre no solo en Sonora sino en todo México? ¿No es hora de que reconsideremos nuestras prioridades? Durante el Día Mundial Sin Tabaco, nosotros, en Vital Strategies y Cultura Verde, tomamos este llamado a la acción a pecho.
Recientemente, 10 municipios de Sonora se unieron en una fuerte demostración de movilización comunitaria. Colectivamente, más de 70 ciudadanos lograron recuperar 6 mil 800 colillas de cigarrillos del Cerro de la Campana en Hermosillo. Esta cifra no es solo un testimonio del consumo generalizado de tabaco, sino también un alarmante reflejo de los recursos desviados de atender necesidades humanas urgentes, como el hambre.
Detengámonos un momento para reflexionar sobre esto: ¿y si los recursos que nutren este cultivo mortal se redirigieran para alimentar a los hambrientos y a quienes sufren de inseguridad alimentaria? ¿No es paradójico que mientras millones luchan con el hambre, vastas extensiones de tierra y recursos sustanciales se dedican a un producto que mata a la mitad de sus usuarios?
Este esfuerzo culminó en la provisión de 250 despensas para individuos y familias que luchan con la inseguridad alimentaria en Sonora, exponiendo una paradoja de una forma que es tanto inmediata como impactante. Pero, ¿cómo llegamos a esta cifra? Asignamos un valor de 4 pesos a cada colilla de cigarrillo recolectada, basándonos en el costo de un paquete de cigarros en 80 pesos. En los 10 municipios sonorenses participantes, los miembros de la comunidad recolectaron más de 18 mil colillas de cigarrillos, lo que equivale a unos 75 mil pesos. Esta cantidad sustancial nos permitió adquirir 250 despensas a un precio reducido y con una duración para 14 días, cada una llenas de artículos que, de lo contrario, les costarían 20 por ciento más.
A través de este proceso, los fondos normalmente dirigidos hacia un producto que causa un daño inmenso a la salud pública se redirigieron para combatir el hambre. Esta acción tangible subraya el problema más amplio: los vastos recursos comprometidos con la producción de tabaco podrían ser mucho más beneficiosos si se utilizaran para alimentar a nuestra población con inseguridad alimentaria. Con más de mil millones de fumadores en todo el mundo, y el tabaco que cobra más de 8 millones de vidas cada año, el contraste contra el hecho de que el 9.8 por ciento de la población mundial pasó hambre en 2020, exige una reasignación urgente de recursos.
Está claro que se necesita un cambio significativo en los recursos. Nuestros gobiernos y organismos reguladores deben reconocer y responder al vínculo entre el cultivo de tabaco y el hambre. Las políticas existentes de control del tabaco necesitan una aplicación estricta, pero también necesitamos políticas innovadoras que examinen la salud pública desde una perspectiva más amplia. ¿Es hora de reconsiderar los subsidios al tabaco y en su lugar canalizar esos recursos hacia sectores agrícolas que proporcionen sustento en lugar de sufrimiento?
El día de limpieza en Hermosillo es un llamado de atención a los problemas más amplios e interconectados de la salud pública y la seguridad alimentaria. Es una demanda de un enfoque más integral, uno que aborde no solo los riesgos para la salud del consumo de tabaco, sino también sus implicaciones socioeconómicas más amplias.
Mientras hacemos eco del llamado de la Organización Mundial de la Salud: 'Cultiva alimentos, no tabaco', recordemos el hambre que podría aliviarse con cada recurso redirigido. En la lucha por la salud pública, esta es la doble victoria a la que debemos aspirar. La experiencia de Sonora sirve como faro, mostrándonos el potencial transformador de un mundo que elige el sustento sobre el humo.
Pamela Ibarra, Presidenta Cultura Verde A.C.
Benjamín González Rubio, Vital Strategies.