Ciudad Obregón, Sonora.- Fidencio Díaz Díaz, de 34 años de edad, salió de su lugar de origen, luego de cumplir su mayoría de edad, llegando hasta el Valle del Yaqui a trabajar como jornalero en los alrededores de Ciudad Obregón, a dos mil 500 kilómetros de distancia de su natal Chapayal Grande, municipio de Ixhuatán, Chiapas.
Luego de un año, dejó de tener comunicación con su familia y comenzó a vivir en situación de calle, vagando por carreteras de distintos municipios de la región; sin embargo, siempre volviendo a Cajeme.
Fidencio se expresa solamente en la lengua indígena maya tzotzil. Su madre, Amelia, actualmente se encuentra enferma; llegó a creer que no volvería a verlo jamás. Sin embargo, gracias a Rafael Acosta, a las redes y al DIF Cajeme, lo tendrá de regreso.
“En redes sociales descubrimos que estaba por acá y pudimos tener comunicación con Fidencio, nos da mucha alegría haberlo encontrado con vida, sobre todo mi hermana, su mamá, está feliz, aunque se encuentra muy enferma, pero al fin tendrá de regreso a su hijo”, comentó Javier Díaz, tío de Fidencio, que viajó hasta Sonora para regresarlo a su tierra.
Fuente: Tribuna
