Ciudad de México.- Derivado del confinamiento por Covid-19, millones de niños comenzaron a tomar clases desde sus casas, por lo que no tienen la oportunidad de interactuar con otros niños, perdiendo muchas oportunidades de aprendizaje social.
Una investigación de la Universidad de Cambridge, asegura que el cerebro de un niño comienza a desarrollarse a partir del primer año de edad, por lo que el contacto físico es indispensable para el progreso de sus emociones y por lo tanto para gozar de una buena salud mental.
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Sin embargo, el confinamiento ha causado una reducción de los pensamientos positivos, lo que es una consecuencia de la perdida de contacto con el resto del mundo, ya que las reuniones remotas no son suficientes para aprender a empatizar, a comprometer, a manejar sus emociones, a el desarrollo del lenguaje y a la comunicación social.
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El estudio demostró que las limitaciones de interacción social en los niños afectan en mayor medida a aquellos que son tímidos, ansiosos o que tienen trastornos como el espectro autista (TEA), por lo que los investigadores aclaran que es importante comenzar con tratamientos psicológicos que les ayude a comprender y superar esta etapa de distanciamiento.
Los científicos aseguran que lo único para reducir los efectos de la pandemia sobre el aprendizaje social de los niños es que los padres busquen las oportunidades para que los pequeños jueguen e interactúen lo más pronto posible una vez que el confinamiento termine.
Funete: BBC, The Conversation