Reino Unido.- La salud mental ha sido de preocupación desde comienzos de la pandemia de Covid-19, debido a que el confinamiento puede tener efectos emocionales negativos, y a pesar de que todos pueden verse afectados, los adultos mayores son mucho más vulnerables.
Un estudio reciente, publicado en el Journal of Epidemiology and Community Health, concluyó que las personas mayores de 52 años son clínicamente más propensos a tener depresión y ansiedad derivados del distanciamiento social obligado.
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Tras el análisis de la salud mental de 500 personas desde los 52 años, se descubrió que gracias a la soledad en la que se encuentran la mayoría de los adultos con el objetivo de protegerse del virus son más propensos a tener este tipo de problemas emocionales.
Las personas mayores con problemas de salud subyacentes, incluso antes de la pandemia, enfrentan desafíos en términos de acceso a los servicios de atención médica y contacto social. También experimentan una mayor angustia emocional, un mayor riesgo de soledad y una peor calidad de vida que las personas no vulnerables'', aseguran los expertos.
En este sentido, los investigadores destacan la importancia de no solo cuidar la salud física de los adultos mayores, sino que también es importante comenzar a velar por su bienestar emocional.
Si bien las políticas que se centran en proteger a las personas mayores clínicamente vulnerables reducen las tasas de hospitalización y muerte por COVID-19, los legisladores deben reconocer que puede haber consecuencias adversas de esta medida y abordar las necesidades más amplias de estos grupos vulnerables'', señalan los expertos.
Fuente: Medical Xpress