Estados Unidos.- Hace 10 años se estrenó un videojuego que renovó la mitología zombi al máximo, ya que, estos seres, que ya en sí mismos son aterradores, tienen una historia de origen fuera de lo común, la cual hace aún más terrorífica su existencia; sin embargo, quizás lo más peligroso, es que la comunidad científica asegura que la aparición de una infección de este estilo no sería tan descabellada.
Tanto en el videojuego como en la serie que HBO estrenó hace 1 semana, se hace referencia a que la enfermedad existe gracias a un hongo conocido como Cordyceps, el cual sí existe en la vida real y, tal y como se menciona al inicio del show de televisión, suele infectar a las hormigas carpinteras, mismas que son obligadas por el hongo a escalar a superficies altas, en donde permanecerán hasta fallecer.
Sin embargo el doctor Henrik de Fin Lich, quien es profesor de la Universidad de Copenhague, declaró para el medio MailOnline que el hongo de la serie actúa más bien como el Entomophtora Muscae, el cual infecta a la mosca doméstica hembra, la cual, tras fallecer comienza a lucir sumamente atractiva para las moscas machos, quienes son atraídos a ella para aparearse con el cuerpo inerte de la mosca infectada, esto con la finalidad de que el macho se contagie y se encargue de esparcir las esporas del hongo en otros lugares.
Es bajo este contexto, que el experto relató que, plantear una historia en la que un hongo sea capaz de convertir a las personas en zombis no suena del todo descabellada, incluso suena razonable para la comunidad científica: "Muchas, sino la mayoría de las enfermedades nuevas, probablemente provienen de organismos patógenos que se desplazan de otras especies, por lo que la idea es convincente".
Si bien, un futuro en el que las personas pueden convertirse en un zombi gracias a un hongo, puede sonar aterrador, el propio experto tranquilizó a la audiencia advirtiendo que esto podría tomar millones de años de desarrollo, ya que, tanto la Entomophtora Muscae y el Cordyceps tardaron mucho tiempo en manipular a sus respectivos huéspedes, por lo que podría resultarles aún más difícil saltar de insectos a humanos.
Fuentes: Tribuna