Connecticut, Estados Unidos.- Es posible que hayas escuchado hablar de la depresión post parto, se trata de una serie de emociones negativas que las mujeres sufren después de dar a luz, entre las que se pueden destacar inexplicable, perdida de interés en las actividades cotidianas, fatiga, reducción de apetito, culpa, falta de sueño, ansiedad, ataques de llanto, entre otras cosas.
Generalmente, la depresión posparto suele aparecer entre dos o tres días de haber dado a luz y tiende a atacar a una de cada siete mujeres y aunque esta condición puede desaparecer luego de dos semanas, también hay quienes la sufren por mucho más tiempo y de manera más grave. Si bien, hasta el momento se desconocen las causas de dicho estado, los científicos estiman que puede desarrollarse en las mujeres que, previamente, padecían depresión, bipolaridad, ansiedad, así como también se teoriza que puede tratarse de una afección genética y que las madres jóvenes tienen mayores tendencias a desarrollarla.
Debido a que la depresión posparto es algo de lo que no se suele hablar, un equipo de investigación dirigido por la Universidad de Connecticut estimó que, al menos la mitad de los casos no tienden a diagnosticarse. Para tratar esta condición es necesario acudir a terapia y, en ocasiones, la nueva madre deberá consumir medicamentos antidepresivos, tal y como dictan los Institutos Nacionales de Salud.
Si bien, mucho se ha hablado de dicha condición, existe otra afección que preocupa mucho más a la comunidad científica debido a que podría resultar mortal tanto para la nueva madre como para el bebé. Se trata de la psicosis posparto. Sus síntomas están asociados con los delirios, hiperactividad, cambios de humor y paranoia. El problema es que, si esto no se trata podría llevar a la progenitora a cometer suicidio o infanticidio.
Según algunos informes, una de cada 20 mujeres que padece psicosis posparto llegaría a cometer suicidio, mientras que una de cada 25 iría en contra de sus instintos maternos y terminaría con la vida de su propio bebé. Un ejemplo de ello podría ser el caso de Lindsay Clancy, una mujer, de 32 años, residente de Boston, Estados Unidos, quien es acusada de haberle quitado la vida a sus tres hijos.
Fuentes: Tribuna.