Rusia. - En un lamentable suceso, la actriz rusa Polina Menshikh, de 40 años, perdió la vida durante un ataque aéreo ucraniano mientras actuaba en un concierto para conmemorar el Día anual de las Fuerzas de Misiles y Artillería de Rusia en la región ocupada.
Un video captó el momento del impacto, mostrando a Menshikh tocando la guitarra y cantando para las tropas rusas cuando la sala de conciertos fue golpeada, resultando en su trágica muerte. El Comité de Investigación ruso ha iniciado una investigación penal sobre el ataque, reconociendo que una "civil" perdió la vida, mientras que el ejército ucraniano lo calificó como un "golpe de ajuste de cuentas".
Rusia, por su parte, ha encubierto las pérdidas de tropas mediante un apagón informativo, según informes. La agencia de noticias TASS, al reportar las bajas, no hizo comentarios sobre las pérdidas de tropas. El ataque fue reconocido como una represalia por un previo y devastador ataque ruso contra una ceremonia de entrega de premios en Ucrania a principios de mes.
El comandante ucraniano Robert Brovdi afirmó que las fuerzas de Kiev atacaron a la 810ª brigada de los marines rusos en represalia por el ataque anterior, donde al menos 20 soldados resultaron muertos y muchos heridos. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, calificó la situación como "una tragedia que podría haberse evitado" y anunció una investigación penal.
Se espera que los obituarios para las víctimas aparezcan pronto en Sebastopol, sede de la 810ª brigada. Portal, un estudio de teatro con sede en San Petersburgo, anunció que una próxima representación estaría dedicada a la memoria de Menshikh. Sin embargo, las críticas han surgido, especialmente en redes sociales, con algunos cuestionando la decisión de organizar un concierto para militares tan cerca de la línea del frente.
El canal de Telegram leal a Putin, Military Informant, expresó indignación hacia los comandantes rusos, calificándolos de "idiotas incultos" por no anticipar la posibilidad de represalias por parte de Ucrania. La discusión se centra en la ubicación del evento, a escasos 60 kilómetros de la línea del frente, lo que según algunos críticos, resultó en consecuencias previsibles y trágicas.
Fuente: Tribuna