Ciudad de México.- En Navidad, los regalos prosperan bajo el árbol y nos los presentan generosamente. Si para la mayoría de personas esta ofrenda vestida con un gran lazo despierta una gran alegría, para otros es sinónimo de vergüenza y angustia. Este gesto reflexivo, tan común durante la temporada navideña, se convierte luego en un momento incómodo. Algunas personas se congelan al ver los paquetes. Si tú también te sientes mal cuando alguien te hace un regalo y las sorpresas son más una tortura que un placer, aquí tienes las razones que pueden explicar esta vergüenza disonante.
- Una cuestión de autoestima
Si eres de los que dan media vuelta a la hora de buscar tu regalo debajo del árbol o rechazas de plano los regalos que tus seres queridos, puede ser porque tienes baja autoestima. Sacudes la cabeza de izquierda a derecha en señal de protesta, porque no crees que "mereces" esta muestra de afecto. Ante este presente cuidadosamente decorado, tus heridas internas se reabren. En tu opinión, estos regalos con tu nombre no están "justificados".
Ya sea un par de calcetines kitsch o una simple taza personalizada, no te sientes suficiente para recibir tal generosidad. Luego rechazas esta oferta con un "no puedo aceptar", como si no tuvieras derecho a recibir ternura. Este sentimiento, alimentado por la duda, a menudo encuentra su origen durante la infancia. Si te sientes mal cuando alguien te hace un regalo, probablemente cargues con el estigma del abandono emocional. En caso de que no estés acostumbrado a las muestras de amor, el regalo te parece excepcional y rápidamente te parece exagerado.
- Pérdida de control o miedo a lo desconocido
Si te sientes mal cuando alguien te hace un regalo, también puede ser porque no sabes lo que te espera en tu interior. Si eres una persona con visión de futuro, a la que le gusta que todo esté planificado y anticipado, esta incertidumbre puede paralizarte rápidamente y ponerte en una posición débil. Entonces sientes que ya no tienes el control de la situación y que dependes de lo que se esconde en el paquete. Abrir el regalo también implica cierta ansiedad. Esto es aún más cierto cuando todas las miradas están puestas en ti y examinan cada una de tus más mínimas sonrisas.
- La sensación de tener que corresponder
Si te sientes mal cuando alguien te hace un regalo, puede ser porque te sientes en deuda. Sin embargo, la persona que hizo el regalo no necesariamente espera una devolución . No siempre hay un aspecto interesado detrás de esto. Mientras que la otra persona quiere expresar gratitud, tú puedes sentir simultáneamente un peso emocional y la obligación de reequilibrar la balanza.
Fuente: Tribuna Sonora