Estados Unidos. - Paul King, reconocido por sus películas de Paddington, ha vuelto a la pantalla grande con Wonka, una precuela que explora los orígenes del famoso chocolatero. Aunque en sus anteriores películas King logró combinar animación y acción en vivo para crear historias encantadoras y emotivas, su incursión en el mundo de Willy Wonka deja un sabor agridulce para algunos críticos.
En esta precuela, Timothée Chalamet asume el papel del joven Willy Wonka, ofreciendo una interpretación que oscila entre la exuberancia maníaca y la melancolía por la pérdida de su madre. Aunque Chalamet brinda momentos vibrantes, algunos críticos sienten que el encanto agresivo de su personaje puede resultar desgastante en lugar de elevador.
Comparada con la adaptación de Tim Burton en 2005, la versión de Wonka es elogiada por no seguir la línea espeluznante de Johnny Depp, pero King y el coguionista Simon Farnaby optaron por una trama desordenada que se aleja de la historia original de Roald Dahl. La película imagina los obstáculos que enfrenta Wonka por parte de un cártel corrupto de chocolateros adinerados, interpretados por Paterson Joseph, Matt Lucas y Mathew Baynton, que buscan proteger su monopolio.
El guion introduce a nuevos personajes, como la Sra. Scrubit (interpretada por Olivia Colman), una posadera con dientes amarillentos, y su secuaz Bleacher (Tom Davis). Aunque la película cuenta con un elenco talentoso, algunos críticos consideran que personajes como la Sra. Scrubit son llevados a extremos arcaicos, generando irritación en lugar de entretenimiento.
A pesar de sus detalles de diseño impresionantes y elogios a la actuación de Calah Lane como Noodle, la película recibe críticas por su empalagosa artificialidad, especialmente en escenas de representación CG. La trama, aunque intenta añadir una capa de igualdad al mundo de los chocolates, se ve perjudicada por subtramas innecesarias y personajes que no logran cautivar.
A pesar de los elementos técnicos bien ejecutados, como el diseño de producción, el vestuario colorido y la partitura juguetona, algunos críticos encuentran que Wonka carece del toque ligero que hizo que las películas anteriores de King fueran tan placenteras. Aunque la respuesta inicial en redes sociales ha sido mayormente entusiasta, la película deja divididos a los críticos entre aquellos que se ven atrapados por su encanto y aquellos que encuentran su dulzura enfermizamente cursi.
En resumen, Wonka puede ofrecer un festín visual, pero algunos críticos sugieren que la película no logra alcanzar las alturas de las anteriores creaciones de Paul King, dejando a los espectadores con un sabor agridulce en esta exploración de los inicios del icónico chocolatero.
Fuente: Tribuna