Ciudad de México.- ¿Este frío ralentizará o incluso matará los virus, incluido el Sars 2, o, por el contrario, reforzará su circulación? Con la llegada del invierno y las temperaturas cada vez más frías, una pregunta nos inquieta cada año: ¿existe un vínculo real entre el frío y la transmisión de virus, especialmente los respiratorios? Bueno, la respuesta es sí. Durante el otoño y el invierno observamos aumentos en la incidencia de resfriados, gripes o bronquiolitis. Este fenómeno está simplemente relacionado con el hecho de que la transmisión de muchos virus respiratorios evoluciona de forma periódica, cíclica y estacional.
Durante los períodos de frío extremo, los cambios en las condiciones climáticas pueden promover la supervivencia de virus respiratorios en el medio ambiente, así como la transmisión aérea de partículas infecciosas de un virus, también llamadas viriones. Pero entonces, ¿qué tiene esto que ver con el anfitrión? El medio ambiente no es el único factor afectado por estos cambios climáticos: esta intensa aparición de frío aumenta la susceptibilidad del huésped reduciendo su inmunidad, debilitando sus mucosas respiratorias o modificando su mucosidad. En última instancia, nuestro comportamiento fomenta actividades e interacciones sociales en interiores que son más favorables a la transmisión.
Y la transmisión del coronavirus, agente infeccioso responsable del COVID-19, no escapa a esta regla. Es probable que haya un aumento (de los casos de COVID-19) porque el aumento está directamente relacionado con el hecho de que las condiciones climáticas favorecen la circulación del virus.
Sin embargo, ¿deberíamos volver a entrar en pánico y empezar a preocuparnos por contraer COVID -19 como en los años posteriores a la pandemia? No, porque no vamos a observar grandes olas epidémicas como hemos visto anteriormente. Evidentemente, esto no quiere decir que no debamos tener en cuenta los consejos de prevención para no enfermarnos. Estos no han cambiado: es importante aplicar siempre gestos de barrera. Aunque ya no son "obligatorios", siguen siendo recomendables porque son eficaces para reducir la transmisión del virus COVID-19 , pero también de otros virus invernales.
Recordemos:
- Usar mascarilla en caso de síntomas (resfriado, fiebre, dolor de garganta o tos), en lugares concurridos y en presencia de personas vulnerables.
- Lavarse las manos varias veces al día.
- Ventilación regular del entorno de vida y de trabajo.
- Favorecer el uso de un pañuelo de un solo uso.
Además de los gestos de barrera, es importante pensar en la vacunación, especialmente entre las personas de riesgo o las personas mayores.
Fuente: Tribuna