Londres, Inglaterra.- El vestido que la Reina Isabel II utilizó el día de su coronación, hace más de 70 años, es considerado como una de las piezas más emblemáticas de la historia de la moda y de la monarquía británica. Sigue leyendo para que te enteres cuán lujoso fue el vestido de la monarca más longeva de Inglaterra. En caso de que no hayas estado vivo hace siete décadas o quieras revivir el momento en el que una joven Elizabeth ascendía al trono británico
El diseñador de la magnífica prenda fue Sir Norman Hartnell, un modisto británico que se encargó de crear el vestido de novia de la Reina para su boda con el Príncipe Felipe en 1947. La soberana contactó al creativo para pedirle que hiciera el vestido en octubre de 1952, unos meses después de ascender al trono luego de la dolorosa muerte de su padre, el rey Jorge VI. Tiempo después, Hartnell le presentó ocho diseños diferentes, pero la Reina se decantó por el último, que incorporaba los emblemas nacionales del Reino Unido y de la Commonwealth.
Dichos símbolos consistían en la rosa de Inglaterra, el cardo de Escocia, el trébol de Irlanda del Norte y el narciso de Gales, que se bordaron con hilos de oro y plata en la falda del vestido. La Reina también pidió que se añadieran los emblemas de los países de la Commonwealth, como la acacia de Australia, el helecho de Nueva Zelanda, la hoja de arce de Canadá, la protea de Sudáfrica, el loto de India y el trigo, el algodón y el yute de Pakistán. Estos emblemas se bordaron con sedas de colores pastel para darle un toque más alegre al vestido.
El vestido se confeccionó en fino satén blanco, con un escote corazón y un diseño de celosía que separaba los bordados. El trabajo de bordado fue realizado por la Royal School of Needlework, que empleó a tres modistas y seis bordadoras para completar el vestido. Además de los hilos, el vestido llevaba incrustadas perlas, lentejuelas, cristales, diamantes rosas y algunos lingotes de oro. Hartnell también incluyó una sorpresa para la Reina: un trébol de cuatro hojas en el lado izquierdo de la falda como símbolo de buena suerte.
El vestido pesaba alrededor de unos 13 kilos, lo que sumado a la toga de terciopelo púrpura y armiño, así como la corona de San Eduardo, suponía una gran carga para la Reina. Pese a todo lo anteriormente descrito, la soberana, lució el vestido con elegancia y majestuosidad en su coronación, que tuvo lugar el 2 de junio de 1953 en la Abadía de Westminster . El vestido fue un éxito tanto nacional como internacional, y se convirtió en un icono de la moda y del reinado de Isabel II.
De acuerdo con algunos datos, la Reina Isabel II volvió a utilizar la magnífica prenda en otras seis ocasiones más, actualmente, el vestido se conserva en el Palacio de Buckingham y se ha puesto en exhibición en diversas ocasiones, tal fue el caso del jubileo platino del año 2022. Es una pieza única que representa la historia, la cultura y la identidad de la Reina Isabel II y del Reino Unido.
Fuentes: Tribuna