Ciudad de México.- Ana Isabel Araujo, quien es esposa del actor Pablo Lyle, se apoderó de la atención de la prensa debido a que hace poco realizó una fuerte confesión mediante sus redes sociales donde compartió cómo cambió su vida luego de que el padre de sus hijos acabara preso. Como se sabe, hace unos meses Pablo fue declarado culpable de homicidio involuntario en Estados Unidos y en total le dictaron una condena de 13 años.
Recientemente Ana platicó en un podcast lo complicado que fue para ella asimilar que su familia no volvería a ser la misma luego del incidente en el que estuvo involucrado el exactor de Televisa. Como se sabe, en 2019 Lyle le propinó un puñetazo al señor Juan Ricardo Hernández, de 63 años, quien días después perdió la vida, tras haber tenido una discusión por un problema de tránsito en calles de Miami.
Veníamos de un viaje familiar, pasa un suceso y mi vida cambia de repente. Lo que me costó mucho aceptar es que a partir de ese suceso, mi familia dejó de ser para siempre eso que éramos, en ese viaje", narró la ahora empresaria.
Araujo explicó que incluso se preguntaba porqué a ella le había pasado algo tan duro cuando vivía a otras familias disfrutando con normalidad: "Ya nunca volvimos a vivir todos juntos. Ya nunca pudimos estar tranquilos juntos todos, nos embarcamos en una situación distinta de la vida. Yo lloraba porque cuando yo veía los viajes de las familias, como que yo decía: 'Yo tenía eso, ya nunca más va a volver a ser'", agregó.
Afortunadamente, la también influencer se dio cuenta que tenía que superar esta adversidad, por motivo del arresto de su esposo, y fue cuando decidió hacer cambios en su vida: "Dejar de ver para atrás lo que tenía y volver a ver enfrente, ver un mundo de posibilidades y nuevas maneras de ser, de vivir, de experimentar y ver todas estas nuevas bondades que ya había para mí en este nuevo camino".
Posteriormente, la esposa del actor de películas como Mirreyes vs Godínez recordó cómo fue el momento en que se dio cuenta que tenía que empezar a mantener sola a sus hijos, Aranza y Mauro: "Cuando yo me quedo sin nada y nada más con mis hijos y digo: '¿Ahora de qué vamos a vivir, cómo les doy de comer?'… Cuando me planteé cómo mis hijos pueden estar bien (dije): 'Estando bien yo'", mencionó en el podcast.
Después, Ana reflexionó que el bienestar de sus pequeños dependía de que ella estuviera bien y también tomó un momento para agradecer a todas las personas alrededor de ella que la han estado apoyando; asimismo, explicó que aunque el progreso de su negocio de postres ha sido lento, está contenta con los resultados que ha tenido: "Me ha costado un montón porque donde pones tu energía es donde va a ir ese crecimiento. En mi caso, mi energía está puesta en mis hijos, mi dinero está puesto en mis hijos, en su felicidad, en su tranquilidad, en su bienestar, en su salud mental".
Fuente: Tribuna