Ciudad de México.- Ésta es una forma de agotamiento que debe tomarse en serio. La mayoría de las veces resulta en los siguientes síntomas: falta de entusiasmo, emocionalidad al límite, falta de paciencia, fatiga intensa y estrés constante. Hoy hablamos sobre los diferentes factores que favorecen la fatiga emocional.
- Luchar por estar a la altura de las expectativas de los demás
Muchas personas buscan satisfacer las expectativas de sus allegados incluso antes que sus propias expectativas personales. Querer hacer demasiado todo el tiempo para todos es agotador. De hecho, es preferible no dejarse abrumar por las exigencias de los demás y no vivir en contra de los propios valores. Por tanto, es fundamental saber poner límites a todas aquellas personas de tu alrededor que son demasiado exigentes.
- Dar siempre a los demás sin que ellos devuelvan nada
Muchas veces decimos que hay que saber dar sin esperar nada a cambio, sin embargo cuando esto es recurrente es probable que aparezca el cansancio emocional. De hecho, todavía existe la necesidad de reciprocidad en una relación, porque hacer todo solo todo el tiempo es agotador. Toda persona merece estar rodeada de personas que también sepan retribuir.
- No respetar tus límites
¿Tiendes a menudo a exceder tus límites? Esto puede ser para ayudar, complacer a los demás o mostrar tus habilidades, por ejemplo. Esto puede contribuir al agotamiento emocional. Mereces tomarte en consideración y respetar tus límites sin sentirte culpable.
- Pretender ser alguien que no eres
No hay nada como ser uno mismo para sentirse realizado. Sin embargo, algunas personas tienden a aparentar ser otra persona para adaptarse más fácilmente a las personas que les rodean. Lo que provoca una fatiga mental innecesaria. Hay que dejar de querer ser perfecto, lo que importa es ser uno mismo. Así que atrévete a ser tú mismo, serás mucho más feliz por ello.
- Guarda tus emociones para ti mismo
¿Tiendes a ocultar tus emociones? No hay nada como decir cómo te sientes para aliviar el peso emocional. No hay nada de malo en llorar o simplemente hablar cuando sea necesario. Tienes derecho a hablar de tus emociones, de lo que te hizo daño o te enfadó
Fuente: Tribuna Sonora