Ciudad de México.- Tras enfrentar un duro fracaso por su paso dentro de TV Azteca y haber regresado a su casa de origen, Televisa, el reconocido actor de melodramas y también comediante, Adal Ramones, hace poco se sinceró con Gustavo Adolfo Infante y habló de la tan trágica muerte que sufrió su padre de manera inesperada, vistiendo de un muy triste luto en Paris Francia, a causa de dos infarto.
Como se sabe, Ramones formó casi tres décadas parte de la empresa San Ángel en programas como Otro Rollo, que le dio su mayor fama, sin embargo, hace varios años que por una invitación del hoy difunto Director General de Contenido y Distribución del Ajusco, Alberto Ciurana, este se unió a dicha televisora como el presentador principal de La Academia, tras lo que tuvo su propio programa Don't, No Lo Hagas, el cual no tuvo el éxito esperado y salió del aire antes de lo previsto, tras lo que finalmente regresó a su casa de origen.
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Pero, antes de toda su gran fama y ser lo que actualmente es para todo México, Adal vivió muchos sufrimientos y enfrentó los dolores más grandes de su vida, como la terrible muerte de su padre, Manuel Jesús Ramones Saldaña. Ramones declaró el dolor tan grande que experimento con este tema, mientras que apenas se estaba abriendo en la industria del entretenimiento de la mano de la televisora de Emilio Azcárraga.
Esta muerte en específico marcó su vida, ya que había una relación sin mucho afecto físico y verbal, pero si de gran respeto y que aunque no se dijera, se sentía. Ramones, en su entrevista para El Minuto Qué Cambio Mi Destino Sin Censura, recordó que antes de la creación de Otro Rollo, le informaron del deceso de su padre, contando que debido a las secuelas de tanto fumar, al ir manejando su auto, le dio un infarto y terminó por estrellarse, saliendo vivo de ambos eventos terribles.
Sin embargo, mientras que el señor Manuel Jesús era trasladado a un hospital más cercano, sufrió un segundo infarto, al cual no pudo sobrevivir, siendo Claudia Ramones, hermana de Adal, la que presenció el momento tan doloroso de como trataban de reanimarlo sin éxito. El mexicano destacó que fue tal el impacto y frustración que rompió dos sillas de la casa de su novia, así que tomó el primer vuelo que estuvo disponible para darle el último adiós.
El presentador mencionó que cuando por fin se reunió con su familia todos estaban desbordados en llanto, mientras que él resistió por tres días las lágrimas hasta que sus amigos lo llevaron al Serro de la Silla y lo animan a llorar con ellos y desahogarse, destacando que jamás ha vuelto a llorar de esa manera: "Mi padre no fue un padre amoroso, no fue un papá de abrazar, ni de decir te amo, pero yo sabía que me amaba muchísimo", concluyó el conductor.
Fuente: Tribuna del Yaqui