Ciudad de México.- El famoso conductor de programas icónicos de la televisión mexicana como Atínale al precio y 100 mexicanos dijeron, Marco Antonio Regil, sufrió una desgarradora muerte que lo dejó devastado. El expresentador de Televisa, quien también condujo el programa Escape Perfecto en TV Azteca, abre su corazón a 7 años de la muerte de su mamá, Irma Sánchez, quien murió a los 85 años de una neumonía, complicación que le sobrevino como consecuencia de la dura enfermedad que padecía: Alzheimer.
En entrevista con Adela Micha, el conductor reveló que él asumió la responsabilidad de cuidar a su madre durante sus últimos días: "Este rol de cuidar a mamá me hacía sentir bien. Obvio mi mamá me agradecía que es lo más importante. La familia me decía 'bien, Marco Antonio. qué gran hijo', la gente me lo decía, yo me lo decía entonces yo me decía 'el tercer cochinito'", señaló, asegurando que sentía que debía cuidar o salvar a su mamá, lo que eventualmente le trajo sentimientos negativos.
"Cuando fallece mi mamá ese rol se muere. Mi mamá fue mi hija. Mi terapeuta me decía 'te quedaste huérfano y sin hija', te quedaste sin rol", compartió. Al cuestionarlo sobre si alguna vez pensó en quitarse la vida tras la dura pérdida, confesó que no, pero sí se le quitaron las ganas de vivir al no sentir un propósito. "Fueron unos años en los que no pensé en suicidarme porque es un acto muy agresivo pero no tenía ganas de vivir. Decía '¿Para qué me levanto?'".
Luego de que Adela compartiera que la pasó muy mal tras la muerte de su madre, ya que eran muy cercanas, Regil habló del difícil luto que se atraviesa: "Se murió una parte de ti. Termina su misión la hija, entonces la pregunta es '¿quien soy sin esta misión?'", compartió. "Cuando se va mi mamá me sentía ¿para qué estoy aquí?". Al acudir a terapia para llevar su duelo, señaló las fuertes palabras que le dijo su terapeuta y que lo hicieron sanar: "Me dice 'Marco Antonio, necesitas darte cuenta que tú vales aunque no cuides a nadie, aunque no salves a nadie, no mantengas a nadie... mereces amor por el simple hecho de existir', y me solté llorando".
Y agregó: "Entendí que yo mismo me condicionaba mi amor con el rol de ser un buen hijo o tener éxito o producir dinero entonces qué fea relación tenía conmigo", reveló. Por otro lado, reveló uno de los últimos momentos que vivió junto a su madre y que guarda en el corazón. En uno de sus momentos finales con lucidez, el presentador de 54 años aseguró que luego de internarla en un lugar especializado para cuidar a personas con Alzheimer, vivió algo parecido a la trama de la película The Notebook (Diario de una pasión).
"Mi mamá tenía su cuarto lleno de puras fotos mías de 'Atínale al precio' y era muy duro oírla hablar de mí en las fotos y que no me reconociera. Era feo porque me enseñaba las fotos y decía 'mi hijo' pero no sabía que era yo. Un día estábamos ahí y ella en su sofá y me saluda 'hola' y me dice '¿quién eres?', 'Marco Antonio' y le dice la enfermera 'Irmita', le enseña una foto y dice 'Sí, mijito...' y le dice 'Irma, es él'. Entonces mi mamá agarra, ve la foto, me voltea a ver a mí y me dice 'Mijito'. Me abraza y me besa, llevaba años sin reconocerme. Duró dos minutos y luego se va", dijo el conductor rompiendo en llanto.
"El Alzheimer es muy duro porque se van antes de que se vayan", dijo sobre la trágica enfermedad. Finalmente, reveló que fue una canción en específico la que los unía y mediante la cual podían pasar tiempo juntos: Cielito Lindo, y cómo sigue recordando a su madre hasta el día de hoy. "Empecé a sentir a mi mamá y a hablar con ella. La soñaba a veces. De repente empecé a hacer ejercicios de platicarle cosas y como me la sé de memoria, la empecé a invitar a hacer un podcast conmigo, a dar una conferencia y a veces siento que ella es la que está hablando a través de mí", concluyó.
Fuente: Tribuna