Ciudad de México. - La vida personal de Alejandro Fernández, mejor conocido como El Potrillo, ha sido un constante foco de atención mediática. Como parte de la dinastía Fernández, encabezada por su padre, el legendario Vicente Fernández, Alejandro no solo heredó el talento y la fama, sino también el escrutinio público que viene con la figura de ser una estrella internacional.
Desde hace años, rumores sobre su orientación sexual han circulado en el ámbito mediático, señalándolo como homosexual o bisexual. Sin embargo, estos comentarios no han representado un obstáculo para el cantante, quien dejó claro que no le afectan las especulaciones.
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En una reciente entrevista con la prensa, un reportero le cuestionó directamente sobre el tema, incluso insinuando la posibilidad de un romance con otro hombre, pese a su actual relación con Karla Laveaga. La respuesta de Alejandro fue clara y sin rodeos:
¡Ay cabr*n! Nunca había escuchado eso, pues que tengan ganas de darse conmigo es muy diferente”, expresó con humor.
Fernández, conocido por su carácter abierto y relajado, añadió que está acostumbrado a lidiar con este tipo de comentarios.
Yo soy muy derecho y curadísimo de espanto de todo lo que se diga o se haya dicho de mí”, aseguró, reafirmando que lo que digan los demás no define quién es ni afecta su forma de vivir.
Lo cierto es que la vida de Alejandro Fernández no solo ha estado marcada por los rumores, sino también por su relación con su padre, Vicente Fernández. Según la bioserie no autorizada sobre el Charro de Huentitán, en su segunda temporada, se representaron conflictos entre ambos debido a las elecciones de estilo y comportamiento de Alejandro.
En una escena interpretada por Emilio Osorio (como Alejandro Fernández joven) y Pablo Montero (como Vicente Fernández), se muestra a Chente reprochando a su hijo por su forma de vestir, considerada por él como femenina:
¡Mírate los trapos, no me gusta que andes así!”, le recrimina el personaje de Vicente, a lo que Alejandro responde: “Se llama metrosexual… y es la moda”.
Aunque se trata de una dramatización que generó controversia en la familia Fernández, estos episodios reflejan una constante en la vida de El Potrillo: ser juzgado no solo por la prensa y el público, sino también por su entorno familiar.
A pesar de las críticas, Alejandro Fernández ha dejado claro que está enfocado en lo que realmente importa: su carrera, su familia y su relación con Karla Laveaga. El cantante se encuentra en un momento de plenitud, disfrutando de su música, el cariño de sus nietos y su vida personal, dejando en claro que los rumores y prejuicios no tienen cabida en su vida.
La orientación sexual de una persona no debería ser motivo de discriminación", expresó en lo que fue su primer pronunciamiento directo sobre el tema.
Así, El Potrillo sigue marcando su camino con autenticidad y pasión, demostrando que no hay señalamiento que pueda apagar el brillo de una estrella que vive su vida con libertad.
Fuente: Tribuna