Ciudad de México.- El 12 de febrero de 2017 marcó un día triste para el mundo de la música, ya que ese día nos despedimos de uno de los más grandes exponentes del jazz: Al Jarreau. A los 76 años de edad, este icónico cantante estadounidense dejó un legado imborrable después de una vida dedicada al arte de la interpretación y la innovación musical.
Nacido como Alwin López Jarreau el 12 de marzo de 1940 en Milwaukee, Wisconsin, Jarreau mostró desde joven una pasión innata por la música. Aunque creció en una familia religiosa que desconfiaba del jazz, Jarreau desafió las expectativas y siguió su corazón hacia la música. A pesar de su tardío inicio en la carrera musical, cerca de los treinta años, pronto demostraría ser un talento excepcional con una voz versátil y un carisma incomparable.
El ascenso de Jarreau en la escena musical comenzó en los clubes nocturnos de Los Ángeles, donde cautivó al público con su estilo único y su increíble rango vocal. Su talento llamó la atención de Warner Bros, con quienes firmó un contrato en 1975. Fue durante este período cuando Jarreau comenzó a ganar reconocimiento y a labrar su camino hacia la fama.
Sin embargo, fue en la década de 1980 cuando Jarreau alcanzó su máximo esplendor. Con el lanzamiento de su álbum Breakin' Away en 1981, se convirtió en una estrella mundial y un ícono del jazz contemporáneo. El álbum incluía éxitos como We're in This Love Together y Breakin' Away, que dominaron las listas de éxitos y le valieron varios Premios Grammy. Además, su canción "Luz de Luna", tema principal de la serie de televisión del mismo nombre, se convirtió en un clásico instantáneo y consolidó su estatus como una de las voces más influyentes de su generación.
A lo largo de su carrera, Jarreau exploró una variedad de estilos musicales, desde el jazz y el soul hasta el pop y el R&B. Su habilidad para fusionar estos géneros de manera única y su capacidad para improvisar sobre el escenario lo convirtieron en un artista verdaderamente innovador. Además, su inigualable técnica vocal, que incluía el uso imaginativo del scat y el vocalese, lo destacó como un virtuoso del canto.
Pero más allá de sus logros musicales, Jarreau fue admirado por su humildad y calidez humana. Siempre accesible con sus fans y colegas, dejó una impresión indeleble en todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo. Su amabilidad y generosidad eran tan legendarias como su talento, y su legado perdurará como un ejemplo de integridad y pasión por la música.
A lo largo de su carrera, Jarreau colaboró con una variedad de artistas, desde leyendas del jazz como George Duke hasta músicos contemporáneos como George Benson. Su capacidad para adaptarse y trabajar con una amplia gama de talentos lo convirtió en un colaborador codiciado y respetado en la industria musical.
Hoy, en el aniversario de su fallecimiento, recordamos a Al Jarreau como un verdadero maestro del jazz, cuyo legado perdurará para siempre en la historia de la música. A través de sus 26 discos, sus colaboraciones memorables y su inigualable talento, continúa inspirando a nuevas generaciones de artistas y aficionados en todo el mundo.
Fuente: Tribuna