Ciudad de México.- El alcohol es una de las pocas drogas abiertamente trivializadas. A veces es la encarnación de una cultura, como la cerveza en México, que se presenta como un placer, un icono de relajación a través del cine y la televisión. Pero no deja de ser una droga con un fuerte poder adictivo. ¿Cómo saber si tienes el control de tu relación con el alcohol o si sufres una adicción? Hoy te compartimos algunas señales.
El alcohol es un factor de riesgo importante para determinados cánceres y determinadas enfermedades crónicas. Para la OMS, el alcohol está clasificado como carcinógeno demostrado desde 1988. En cuanto se bebe alcohol, el riesgo existe.
La adicción al alcohol se define cuando, al hablar con el paciente, nos damos cuenta de que él es consciente de que consumir tiene malas consecuencias para su vida y que lo hace de todos modos. La dependencia del alcohol es perder el control sobre lo que realmente queremos, es tener un impulso repetido que va más allá de nuestros pensamientos, lo que hace que ya no llevemos las riendas de nuestra vida en ese momento.
En la lista de otros criterios para la dependencia del alcohol, miraremos cuánto tiempo lleva sufriendo el paciente. Cuando hay adicción no hablamos de un mal hábito de los últimos dos meses, hablamos de algo que continúa, que intentamos dejar pero que vuelve. El hecho de que el deseo de reducir no se pueda implementar es una de las señales. Tener un pensamiento obsesivo que te hace actuar, tener “antojos” es uno de los síntomas.
Existe tolerancia, definida por uno de los siguientes síntomas: la necesidad de cantidades notablemente mayores de la sustancia para obtener la intoxicación o el efecto deseado, un efecto significativamente reducido en caso de uso continuo de la sustancia misma cantidad de sustancia y aparición de síntomas de abstinencia (ansiedad, agitación, irritabilidad, insomnio, sudoración, pesadillas, temblores, palpitaciones, náuseas, etc.) cuando la persona reduce o deja de consumir bebidas alcohólicas. El cuerpo experimenta caos debido a la carencia.
Fuente: Tribuna