Ciudad de México.- Paola Suárez, destacada activista y actual candidata a diputada por el PT en Guanajuato, ha generado gran atención y debate en las redes sociales con una 'original' propuesta para enfrentar la sequía y el calor que afectan a México. Su iniciativa, que ha sido ampliamente discutida en plataformas como Facebook y WhatsApp, busca abordar la sequía de una manera poco convencional: rociando agua reciclada en las calles y patios durante las horas más calurosas del día, entre las 12:00 p.m. y las 3:00 p.m.
Según Suárez, esta medida no solo podría ayudar a aliviar la sequía, sino que también podría fomentar la formación de nubes y eventualmente provocar lluvias beneficiosas para la región. La idea detrás de la propuesta es que las pequeñas gotas de agua rociadas se evaporen gradualmente, fortaleciendo así las nubes que se forman sobre la zona.
Aunque algunos han elogiado la creatividad y el bajo costo de la iniciativa, otros han expresado dudas sobre su efectividad y posibles repercusiones ambientales. Sin embargo, Suárez sigue defendiendo su propuesta como una solución viable y urgente para abordar el desafío cada vez más apremiante de la sequía en México.
La propuesta inicialmente recibió una oleada de agradecimientos por sus buenas intenciones, pero pronto se vio envuelta en críticas y llamados a no desinformar a la población, argumentando que la acción propuesta no sería efectiva para alcanzar su objetivo. Algunos consideran que la propuesta original podría generar falsas expectativas entre la población.
¿Cómo se forma la lluvia?
En esencia, la lluvia comienza con la evaporación del agua desde fuentes como océanos, ríos y lagos. Este vapor de agua asciende hacia la atmósfera y se condensa para formar nubes. A medida que estas nubes se vuelven más pesadas, el agua cae de vuelta a la Tierra debido a la gravedad.
Aunque el ciclo del agua proporciona el marco básico para la lluvia, hay una multitud de factores que influyen en su formación. Entre estos factores, la temperatura atmosférica juega un papel crucial. Una atmósfera más cálida tiende a retener más humedad, lo que puede conducir a la formación de nubes y, eventualmente, a la lluvia.
Además de la temperatura, otros factores como la disponibilidad de agua y los cambios en la presión atmosférica también desempeñan un papel importante en la creación de condiciones propicias para la lluvia. La disponibilidad de vapor de agua en la atmósfera, en particular, es un factor clave, ya que proporciona el material necesario para la formación de nubes y la eventual precipitación.
Fuente: Tribuna Sonora