Buenos Aires, Argentina.- La sentencia judicial ha recaído sobre el popular youtuber uruguayo Yao Cabrera, también conocido como Marcos Ernesto Cabrera Rodríguez, en un juicio que marca un punto de inflexión en su agitada trayectoria. El Tribunal Oral Federal N°3 de San Martín, Buenos Aires, Argentina, su residencia desde los 18 años, ha dictaminado una condena de cuatro años de prisión.
El caso surgió a partir de una denuncia presentada en 2020 por Jorge Zonzini, un conocido manager de medios, quien reveló pruebas contundentes que arrojaban luz sobre una serie de delitos perpetrados durante eventos organizados por Cabrera. Estas actividades ilegales incluían estafas, abusos sexuales, corrupción y tráfico de sustancias, entre otras acciones reprensibles. A raíz de esta denuncia, surgieron testimonios adicionales que revelaron actos violentos cometidos por Cabrera.
La jueza a cargo del caso, Nada Flores Vega, ha determinado que Cabrera permanezca en libertad hasta que la sentencia sea confirmada definitivamente. Sin embargo, se le ha impuesto una multa de seis millones de pesos argentinos como compensación por los daños causados.
Además de los cargos presentados por Zonzini, se ha destacado el caso de Giovanna De Mitole, una exdiseñadora de Cabrera, quien sufrió condiciones de esclavitud en lo que se ha denominado la "Mansión Wifi". De Mitole describió horrores, desde desigualdades en la alimentación hasta actos de humillación, como limpiar el inodoro con las manos. Otro exmiembro del equipo, Mariano Fernández, también denunció situaciones similares.
Cabrera, conocido inicialmente por sus controvertidas bromas callejeras en YouTube, había desaparecido en gran medida de la escena pública en los últimos tiempos. Este fallo marca un cambio significativo en la percepción pública de Cabrera, quien también incursionó en emprendimientos comerciales, como una marca de ropa y una hamburguesería en el barrio de Palermo, con resultados poco satisfactorios.
Marcos Ernesto Cabrera Rodríguez, nacido el 18 de febrero de 1997 en Montevideo, Uruguay, alcanzó la fama en línea bajo el apodo de Yao, inspirado en su admiración por los dibujos animados del guerrero Shaolín. Su presencia inicialmente en YouTube y luego en Instagram lo convirtieron en una figura reconocida en el mundo digital.
Fuente: Tribuna