Nueva York, Estados Unidos. - Gertrude Ederle siempre sintió una conexión especial con el agua. "Para mí, el mar es como una persona, como un niño que conozco desde hace mucho tiempo", dijo en una ocasión. "Nunca me siento sola cuando estoy ahí fuera". Este profundo vínculo, junto con una determinación inquebrantable, llevó a la nadadora germano-estadounidense a desafiar las normas de su tiempo y a superar obstáculos que parecían insuperables.
En 1926, Ederle nadó el Canal de la Mancha en 14 horas y 31 minutos, rompiendo el récord mundial anterior que estaba en manos de un hombre. Su hazaña no solo demostró su increíble capacidad atlética, sino que también contribuyó significativamente a cambiar la percepción de las mujeres en los deportes competitivos. A su regreso a Nueva York, la ciudad la recibió con un desfile monumental, y la apodaron la "Reina de las Olas".
Ahora bien, la película Young Woman and the Sea, protagonizada por Daisy Ridley en el papel de Ederle y dirigida por Joachim Rønning, narra este viaje extraordinario. El guion, escrito por Jeff Nathanson y basado en el libro homónimo de Glenn Stout, traza el camino de Ederle desde su infancia en los muelles de Coney Island hasta su histórica travesía del Canal de la Mancha.
Rønning, conocido por su trabajo en producciones de Disney como Maléfica: Señora del Mal y Piratas del Caribe: Los hombres muertos no cuentan cuentos, para esta ocasión apuesta por una narrativa edificante, mientras que la partitura de Amelia Warner, rica en cuerdas, acompaña emotivamente la historia, mientras que la cinematografía de Oscar Faura capta la majestuosa relación de Ederle con el agua. En cuanto a Ridley, ella ofrece una interpretación convincente, tanto en las escenas en el agua como en tierra, mostrando la complejidad emocional y física del personaje.
La cinta comienza con la niñez de Trudy en 1914, cuando luchaba contra el sarampión postrada en una cama. A pesar de las sombrías expectativas de sus padres, Trudy logra recuperarse y su madre, Gertrude, le pide a su padre que le enseñe a nadar, motivada por la tragedia de un accidente fatal en el que un grupo de mujeres se ahogó porque no sabía nadar. Trudy aprende a nadar en el muelle de Coney Island, ya que, debido a su enfermedad, no se le permitía ingresar a piscinas públicas.
Sin embargo, la acción se intensifica cuando Trudy y su hermana Meg, interpretada por Tilda Cobham-Hervey, comienzan a tomar clases de natación competitiva. El filme destaca la relación fundamental entre Trudy y su madre, quienes comparten una determinación que las impulsa a desafiar las normas de su tiempo. Trudy tiene marcado su enfoque y no se da por vencida, incluso cuando enfrenta resistencia de la entrenadora Charlotte Epstein y del sexista presidente del sindicato atlético.
Ahora bien, la química entre Ridley y Cobham-Hervey refuerza la dinámica de las hermanas, especialmente en momentos clave como cuando Meg ayuda a Trudy con sus planes para nadar el Canal de la Mancha. La película alcanza su clímax con el histórico intento de Trudy de cruzar el canal. Después de un primer intento fallido, Trudy encuentra un aliado en Bill Burgess, que es interpretado por Stephen Graham, quien la ayuda a superar los últimos obstáculos.
A pesar de las críticas al guion de Nathanson por su enfoque directo, Young Woman and the Sea logra inspirar y elevar al espectador. La historia de Ederle, con su tenacidad y espíritu pionero, sigue siendo un testimonio poderoso del poder de la determinación y el coraje frente a la adversidad.
Fuente: Tribuna