Ciudad de México.- Después de haber sufrido de negligencia médica que le desfiguró el rostro, la reconocida vedette mexicana y querida actriz, Lyn May, tras haber dejado Televisa y seguir su exitosa carrera, esta acaba de reaparecer en El Minuto Qué Cambió Mi Destino, donde brindó una reveladora entrevista sobre su pasado y los momentos que le dieron un giro inesperado a su vida, haciendo una trágica confesión.
Para nadie es secreto que en la década de los 70's, May fue considerada una de las mujeres más hermosas del mundo del espectáculo, ante sus finos rasgos faciales y su espectacular cuerpo, que no temía a exhibir en sus shows o en filmes como Noches de Cabaret, pero que desgraciadamente duró muy poco, dado a que a los pocos años de su gran debut, esta decidió hacerse un arreglito estético para verse más bella de lo que ya era.
Según los informes, la actriz se inyectó unos aceites que lejos de hacer lo que le prometieron, terminaron por desfigurarle el rostro y dejarla básicamente irreconocible. Esta situación sin duda no es un secreto para nadie, sin embargo, en una reciente entrevista para Gustavo Adolfo Infante, confesó lo que nunca antes se había atrevido, y es que esta situación tan trágica, casi causa que se quite la vida por lo traumático que era el verse a diario en el espejo.
Ante este hecho, en su entrevista con Imagen TV, recordó que ella ni siquiera quería hacerse un arreglo estético, pero que dos mujeres se le acercaron y con sus promesas de verse más hermosa y parecer una "Diosa" se dejó envolver y aceptó el tratamiento con aceites: "Estaba yo en el Tropicana de la Zona Rosa cuando llegan dos mujeres, muy cariñosas. Tú sabes cuando quieren algo te bajan el cielo. Me dijeron 'Tú estás jovencita, pero si te haces los pómulos un poquito más grandes te vas a ver mejor y te vamos a poner tantito en la barbita y vas a quedar como reina' y ahí está la babosa dejándose inyectar aceite".
Lamentablemente, esta situación la llevó a una profunda depresión de la que no veía salida, así que trató de quitarse la vida, pero su madre logró salvarla y pudo ver la luz en su momento más oscuro: "Llegó el momento en que me quise m...r. No me quería ver en un espejo. Muchas veces cuando me veía en el espejo decía '¿Por qué? ¿Por qué' y lloraba, ya no quería vivir. Y así estuve durante un mes, encerrada, sin salir. No quería salir. No quería nada". Agregó que a lo largo de los años se ha hecho cirugías para corregir los estragos: "Empecé a quitarme (los efectos) poco a poco, pero era una cicatriz o una bolita".
Finalmente, la exparticipante de Quiero Cantar, aconsejó a las mujeres jóvenes no hacerse nada en la cara, señalando que la edad en que ella les recomienda comenzar es a los 50, cuando en verdad han pasado a una etapa casi de la tercera edad: "No se inyecten. Si se quieren inyectar, que ya sea después de los 50. Yo lo hice porque estas señoras me convencieron. Yo estaba muy chiquita. No sabía lo que hacía. (Me he operado para recuperarme) muchas veces. Si no hubiera sido por mi madre, yo ya no estaría aquí".
Fuente: Tribuna del Yaqui