Los Ángeles, California. — La espera terminó para los fanáticos de las aventuras del mercenario bocazas y el mutante con garras de acero. En su tercera colaboración, el director Shawn Levy entrega una película que sube el listón en cuanto a chistes meta y referencias a la cultura pop, especialmente cuando Ryan Reynolds, conocido por su afición a los gags autocríticos, tiene el crédito del guion principal. Si pensabas que Deadpool y Deadpool 2 estaban cargados de bromas internas, prepárate para una avalancha aún mayor en Deadpool y Wolverine.
En esta entrega, el irreverente Wade Wilson, interpretado por Reynolds, enfrenta un momento de crisis personal. La trama comienza con Deadpool en un bajo de su vida, rechazado por su amada Vanessa (Morena Baccarin) y apenas consolado por sus amigos leales, quienes regresan de las entregas anteriores, por lo que todo lo que realmente desea es encontrar un propósito y hacer una diferencia.
Ahora bien, seguramente, los seguidores más acérrimos de la franquicia disfrutarán de cada guiño y referencia a la era de Marvel en Fox. La película, que se estrena el 26 de julio, es un festival de cameos, callbacks y canciones pop que provocan vítores en la audiencia. No obstante, la trama puede parecer un tanto enrevesada para aquellos que buscan una narrativa sólida.
La conexión entre Deadpool y Wolverine, interpretado por Hugh Jackman, comenzó en X-Men Origins: Wolverine (2009), pero en esta película se explora de una manera completamente nueva. La dinámica entre ambos resulta en una cinta de "amigos que discuten", donde las peleas sangrientas se entremezclan con bromas descaradas y comentarios irónicos sobre el universo cinematográfico.
La historia, que gira en torno a una línea de tiempo torcida, introduce al público a un viaje caótico con el personaje de Matthew Macfadyen, Mr. Paradox. Mientras Deadpool intenta arreglar el desbarajuste temporal, se encuentra con numerosas versiones de Wolverine, todas teñidas de amargura y alcohol. Hay que decir que el filme también hace referencias al multiverso, un concepto que algunos espectadores podrían encontrar cansado.
A pesar de la sobreabundancia de escenas de acción, es el humor el que brilla. Los chistes son la columna vertebral de la película, compensando una trama que a veces se siente como un collage desordenado de elementos familiares. La aparición de cameos y referencias a películas anteriores ofrecen un sentido de nostalgia que algunos fanáticos encontrarán emocionante.
Hay que decir que la película enfrenta críticas mixtas debido a su enfoque en el fan service y la falta de cohesión narrativa. Aunque las bromas de Reynolds mantienen el tono ligero y divertido, la trama a menudo se siente confusa y repetitiva. La villana Cassandra Nova, interpretada por Emma Corrin, añade un poco de drama, pero su presencia no logra elevar el conflicto a nuevas alturas.
En resumen, Deadpool y Wolverine es una película que celebra el legado de ambos personajes con un exceso de referencias y humor. Aunque la trama puede parecer desordenada y la acción repetitiva, la química entre Reynolds y Jackman proporciona momentos de genuina diversión. La película es un homenaje a la historia compartida de los personajes y a los fanáticos que han seguido sus aventuras a lo largo de los años. Como dice Deadpool con una sonrisa, “Fox lo mató. Disney lo trajo de vuelta. ¡Lo van a obligar a hacer esto hasta que tenga 90 años!” En el mundo de los cómics y el cine, nadie muere realmente, y eso es algo que tanto fanáticos como críticos tendrán que aceptar.
Fuente. Tribuna