Ciudad de México.- Han pasado varios años y el caso de Livia Brito continúa sin un cierre. A finales de agosto, la actriz confirmó que de las tres denuncias en su contra, dos giraron a su favor. El público mexicano no está de acuerdo con la decisión de las autoridades y creen que se le concedió el triunfo por abuso de poder. Sin embargo, no todos piensan de esta manera, como es el caso de su colega Cynthia Klitbo.
Medios de comunicación interrogaron a la zacatecana de 57 años, quien no titubeó en defender a la cubana que desde hace cuatro años está envuelta en una disputa legal contra un fotógrafo que acusa tanto a ella como a su pareja de ese momento, Mariano Martínez, lo golpearon y le robaron su equipo de trabajo. Pese a ello, Klitbo apoya a Brito, pues considera que lo que hizo el paparazzi Ernesto Zepeda no fue correcto.
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Se estudia para ser periodista. Los paparazzis viven de esconderse. Si estuviera bien lo que hacen, no se esconderían".
Además, se mostró conforme con que las autoridades le brinden apoyo a la celebridad. Recordó que a menudo la audiencia suele culpar a los famosos en este tipo de altercados. Argumentan que, al convertirse en estrellas, aceptan estar al acecho de cámaras y micrófonos. Si bien Cynthia no debatió este punto, sí señaló que por esta misma razón fue que Brito recurrió a un lugar exclusivo para protegerse de dichos inconvenientes. Recordemos que Zepeda ingresó a un hotel en Cancún, Quintana Roo, para obtener fotos de Livia.
Mira, hay gente que dice: '¿Para qué es figura pública?'… Pues para eso te vas a meter a un lugar privado".
Klitbo descartó esta profesión como una ocupación ética. Aseguró que quienes viven de exponer la vida íntima de los famosos, no deberían de estar orgullosos de ellos. Explicó que en la mayoría de los casos salen perjudicados por intentar inmiscuirse y lucrar con los momentos privados de otras personas.
La verdad, no es un trabajo que sientan... Es más, hasta los golpean. O sea, no es un trabajo bonito tampoco vivir de hacer sufrir a otras personas".
En su caso, también ha sido víctima de múltiples fotografías que han sido captadas sin su consentimiento, pero los años le han dado la experiencia y las mañas necesarias para saber cómo protegerse. "A mí me paparazzearon veinte veces". Admitió que forma parte de los riesgos intrínsecos de la carrera, por este motivo, optó por comprar un departamento en una playa fuera del alcance de todos, en donde puede sentirse a gusto sin preocuparse.
Fuente: Tribuna Sonora