WOLF MAN

Reseña: 'Wolf Man': Un regreso claustrofóbico al cine de monstruos clásico

Esta es la reseña de Wolf Man, una película protagonizada por Christopher Abbott y Julia Garner que resulta en un viaje de terror eficiente

Reseña: 'Wolf Man': Un regreso claustrofóbico al cine de monstruos clásicoCréditos: Internet
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Los Ángeles, California. - El regreso de Universal al cine de monstruos con Wolf Man ofrece una experiencia más contenida y visceral que la adaptación de The Wolfman (2010) protagonizada por Benicio del Toro. Esta nueva entrega, dirigida por Leigh Whannell (The Invisible Man), apuesta por una narrativa centrada en la tensión familiar y un enfoque visual claustrofóbico, ambientada casi en su totalidad en una remota granja de Oregón. 

Con Christopher Abbott y Julia Garner como protagonistas, la película se despoja de los elementos tradicionales del folclore lupino, sin lunas llenas, balas de plata ni adivinos, para construir un relato más terrenal, aunque igual de brutal. 

Resulta que la trama se centra en Blake (Abbott), un escritor cuya relación con su esposa Charlotte (Garner) está al borde del colapso, y su hija Ginger (Matilda Firth). Cuando la familia se traslada a la granja de la infancia de Blake tras la confirmación de la muerte de su distante padre, quedan atrapados en un escenario aterrador al enfrentarse a una criatura salvaje y a la transformación de Blake en un hombre lobo. 

La película evita narrativas externas complejas, enfocándose en la dinámica familiar mientras el caos licantrópico se desata. La acción principal transcurre en una sola noche angustiosa, intensificando el aislamiento de los personajes y la sensación de peligro inminente. 

Abbott brilla al interpretar a un hombre que lucha contra sus demonios internos y una transformación física desgarradora. Garner evoluciona de un papel aparentemente pasivo a una figura decidida y valiente, mientras que Firth cumple con el rol de una niña vulnerable pero resiliente. 

Whannell emplea efectos prácticos sobre CGI para darle autenticidad a las grotescas transformaciones de Blake, evocando clásicos del terror como The Fly y The Thing. Aunque algunos elementos, como la “visión de lobo”, resultan cursis, la tensión general se mantiene alta, apoyada por la fotografía de Stefan Duscio y la escalofriante partitura de Benjamin Wallfisch. 

Si bien Wolf Man no alcanza la profundidad psicológica de The Invisible Man, mantiene un equilibrio entre la tradición y el enfoque moderno. Whannell rinde homenaje a transformaciones viscerales como las de The Howling y An American Werewolf in London, aunque algunos espectadores podrían encontrar la trama familiar y predecible. 

A pesar de ciertas limitaciones en su guion y narrativa, Wolf Man ofrece un entretenimiento sólido para los amantes del cine de terror clásico. Con una atmósfera opresiva y una exploración de los miedos primarios, la película demuestra que las historias de monstruos aún tienen el poder de fascinar y aterrorizar. 

En conclusión, Wolf Man es un viaje de terror eficiente, con un enfoque más básico pero efectivo, que equilibra la nostalgia y el miedo contemporáneo. Una propuesta que, aunque no reinventa el género, mantiene viva la esencia del cine de monstruos. 

Fuente: Tribuna