Ciudad de México.- Euphorbia pulcherrima, mejor conocida como la flor de Nochebuena, es una especie nativa de México, que se utiliza frecuentemente como arbusto, y en floricultura como planta de interior en Navidad, existen al menos de 100 variedades cultivadas de esta especie.
En 1822 arribó al país mexicano, que recién se estrenaba como nación independiente; uno de sus planes más ambiciosos como agente especial designado en México fue el de la anexión de Texas a Estados Unidos.
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Poinsset no fue quien concretó la anexión de Texas y otros territorios a EU, esto se consiguió años después; sin embargo, sí consiguió quedarse uno de los símbolos más emblemáticos de México.
Además de diplomático, Poinsett fue un destacado botánico, durante su estancia como embajador visitó la zona de Taxco, en Guerrero, y ahí conoció la flor Cuetlaxóchitl, o mejor conocida como Nochebuena.
Los aztecas llamaron a esta planta como Cuetlaxóchitl, que significa 'flor que se marchita'; era considerada como un símbolo de pureza y en la época prehispánica se usaba para tratar algunas enfermedades de la piel.
La Cuetlaxóchitl era una planta de ornato muy apreciada por los aztecas y ocupaba un lugar especial en los jardines de Nezahualcóyotl y Moctezuma.
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Fueron los franciscanos quienes asociaron esta planta al nacimiento de Jesús, cuando la llevaron a Taxco y la emplearon para decorar en la Navidad, debido a que la floración coincide con estas fechas.
Cuando visitó Taxco, Poinsett se encontró con una barranca llena de Nochebuenas; la flor lo fascinó a tal grado que realizó expediciones a diferentes sitios de México en los que recolectó varios cargamentos de plantan endémicas, entre ellas la Cuetlaxóchitl, los cuales fueron enviados a Estados Unidos.
Asimismo, durante la época prehispánica, los sacerdotes contemplaban esta flor antes de iniciar alguna ceremonia. También era el símbolo de la nueva vida, alcanzada por lo guerreros muertos en la batalla.
Decían que estos guerreros regresaban a la tierra a libar la miel de esta flor. Su nombre en náhuatl es Tlazóchitl y significa flor que se marchita y para ellos simbolizaba la sangre derramada en los sacrificios que los indígenas ofrendaban al sol para renovar sus fuerzas y su energía.
Entre los pueblos mesoamericanos, particularmente entre los mexicas, el cultivo de flores y plantas tenía gran importancia. Las flores tenían, para estos pueblos un gran significado tanto en la vida religiosa como en la cotidiana.
Fuente: El Heraldo de México