Ciudad de México.- El cese de las hostilidades entre Irán e Israel continúa lejos de terminar y es solo una tregua momentánea porque aun hay muchos pendientes por resolver; por el contrario, la situación en Medio Oriente sigue siendo muy inestable y no significa que haya paz
El internacionalista y analista geopolítico español Aníbal Garzón consideró que es un foco de tensión por la política agresiva de Israel en Gaza y las rivalidades de países como Irán, Siria y Líbano; por otro lado, Estados Unidos presiona a los aliados para contener a países como Irán y Rusia y fortalecer la presencia militar en Medio Oriente.
Señaló que la inestabilidad en la región se debe a que Irán e Israel son enemigos históricos desde la Revolución Islámica de 1979, una oposición al sionismo que generó un choque histórico a nivel diplomático, militar y armamentístico, Israel bombardeó la embajada de Irán en Siria, lo que provocó un intercambio de ataques, primero de Israel a Irán, y luego la respuesta iraní, ya que el conflicto dejó de ser una rivalidad basada en discursos o bloqueos, para convertirse en un enfrentamiento directo entre ambos países, lo que ha generado mayor inestabilidad.
Este cese de hostilidades no ha generado una percepción de estabilidad, sino todo lo contrario. Irán incluso ha roto con la Agencia Internacional de Energía Atómica, argumentando la falta de control real sobre Israel, que nunca ha negado tener armas nucleares. En este escenario de confrontación, Irán no puede desmilitarizarse, porque perdería capacidad de defensa frente a un Israel que sigue adelante con su estrategia. Por eso, aunque los ataques se han detenido momentáneamente, la situación sigue siendo altamente inestable, indicó.
Aníbal Garzón afirma que el alto al fuego no significa la resolución del conflicto y solo es una pausa, no una salida negociada, un cese de hostilidades posterior a la guerra de 13 días y no se ha firmado un tratado de paz ni alcanzado un acuerdo final, no existe una negociación política de fondo, ni un proceso de diálogo estructurado que conduzca a un acuerdo económico, diplomático o geopolítico, es un acuerdo mínimo, una pausa en el enfrentamiento, pero no hay una hoja de ruta ni un plan concreto para transformar la situación.
De acuerdo con información de grupo fórmula, lo que ha sucedido, en el fondo, ha sido una especie de prueba de resistencia. Israel ha querido medir la estabilidad interna de Irán, su capacidad de respuesta militar y el nivel de apoyo internacional que podría recibir, ha sido una forma de examinar cómo se posiciona Irán en el tablero regional e internacional.
Por eso insisto: no ha habido una negociación sustancial, y eso nos dice que el conflicto sigue latente. Podríamos hablar ahora de un conflicto de baja intensidad por el número de víctimas, pero el enfrentamiento continúa. No estamos ante un acuerdo duradero ni con garantías políticas. Este episodio es solo una muestra de la inestabilidad que persiste y que, muy probablemente, volverá a manifestarse en el corto o mediano plazo, con riesgo incluso de una escalada regional o internacional".
Consideró que Estados Unidos ha jugado un doble papel: por un lado, supuestamente negociaba con Irán el tema nuclear, mientras por otro lado respaldaba los ataques israelíes; además, Estados Unidos busca que los países de la OTAN destinen el 5 por ciento de su presupuesto a defensa, dejando en evidencia su intención de eliminar a Irán, que es un socio estratégico de China y Rusia, y clave para controlar Medio Oriente.
Irán se mantiene en una situación estratégica en la región de Medio Oriente tras la caída de Siria, el genocidio en Gaza y la situación en el Líbano, así como en el conflicto de Yemen, sobre todo ahora que ha establecido relaciones con Arabia Saudita, lo que incomoda a Estados Unidos, comentó el internacionalista español.
Por esto, busca imponer su control al atacar a Irán al ser aliado de Israel, además busca abrir un frente mayor contra Rusia como se ha visto con el papel creciente de la OTAN para reforzar la presencia militar global frente a cualquier alternativa que ponga en jaque su hegemonía financiera e internacional, como ya se había planteado desde el 2014 por Obama a los países de la OTAN de aportar el 2 por ciento de su presupuesto y Trump ahora lo eleva al 5 por ciento, indicó.
La estrategia de Estados Unidos en Irán y en otros conflictos ha sido clara: eliminar cualquier alternativa a su dominación. Para ello, se apoya en sus socios o satélites: la OTAN, países europeos, Israel, gobiernos de derecha como el de Javier Milei en Argentina, o aliados en África y Asia. Busca constantemente generar conflictos y guerras regionales para mantener su estatus de superpotencia mundial, enfatizó.
Esto se ve cada vez más claro con el crecimiento del papel de Trump, aunque no se trata de una agenda personal, sino de una estrategia consolidada desde la Casa Blanca. Frente a esta amenaza, países con sistemas muy distintos como Irán, China, Rusia, e incluso Corea del Norte, han establecido alianzas pragmáticas para resistir las injerencias. Esto ha provocado un escenario de inestabilidad mundial cada vez mayor, por el papel amenazante que sigue desempeñando Estados Unidos, aseveró.
La guerra entre Irán, Israel y Estados Unidos se prolongó durante 12 días de intensos enfrentamientos, en los que murieron más de 600 personas en Irán y cerca de 30 en Israel, de acuerdo con cifras oficiales, el cese al fuego permanece en suspenso y, hasta ahora, carece de garantías políticas reales.
El conflicto marcó una escalada sin precedentes: hubo ataques directos contra científicos nucleares e infraestructura militar, así como el uso de misiles balísticos y bombardeos aéreos respaldados por Estados Unidos bajo la llamada “Operación Midnight Hammer”.
Fuente: Tribuna
