OPINION

A flor de piel la capacidad de servir

Observatorios Urbanos

Gloria Ciria Valdéz Gardea, profesora-investigadora en El Colegio de SonoraCréditos: Tribuna
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Carmen y sus tres hijos llegaron al municipio de Puerto Peñasco, Sonora a inicio del 2021 procedentes de Tucson, Arizona. Su hija Marisol de 12 años y Víctor de 10 años continuaron la educación en línea en la escuela de Tucson, Arizona ya que eso se les facilitaba por ser ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, tenían que haber ido a presentar exámenes presenciales a Tucson y ello no fue posible, no había nadie que los pudiera cruzar por el hecho de estar cerrada la frontera México-Estados Unidos por el COVID-19. Por lo anterior, Carmen recibió hace más de un mes, por correo electrónico, los papeles “de la baja” en la escuela estadounidense: sus hijos quedaron sin escuela.

La historia de Carmen refleja la situación de miles de niños, niñas y adolescentes (NNA) retornados en Sonora. El Seminario Niñez Migrante de El Colegio de Sonora, calcula que hay entre 35 a 45 mil NNA retornados en nuestro estado. Las familias que retornan no saben que hacer, a donde ir y cual es el procedimiento para inscribir a sus hijos(as) a la escuela y menos aún en tiempos de contingencia.

Recibí la llamada de la señora Carmen el 26 de mayo al mediodía, lo primero que me dijo fue:

 “Me dijeron que usted podía ayudarme a inscribir a mis hijos en la escuela, tienen más de un mes que no hacen nada”.

Comentó que ella les pone ejercicios de matemáticas para entretenerlos sin embargo los niños están desesperados y quieren seguir con sus estudios.

Le comenté que haríamos lo posible por inscribir a sus hijos a la escuela. Me comuniqué con el contacto en la Secretaría de Educación y Cultura y en poco tiempo recibí los nombres y teléfonos de los jefes de zona en Puerto Peñasco.

Me conmovió la respuesta inmediata del maestro Francisco Javier Aragón, jefe de zona escolar a cargo de 10 planteles, 6 en el turno matutino y 4 en el vespertino, quien amablemente dijo: “envíeme los datos de la mamá y toda la información de los niños para inscribirlos, es nuestro compromiso tener a flor de piel la capacidad de servir, eso les digo a los directores de las 10 escuelas de mi zona”. 

Fue muy grato saber que el maestro Aragón tiene conocimiento de las Normas de Registro y Certificación de la SEP, que establecen que todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a ir a la escuela independientemente de su condición migratoria, si tienen o no CURP, si traen acta de nacimiento o no.

Específicamente dice en el artículo 15: 

Las autoridades educativas locales, deberán asegurar el derecho a la identidad de las niñas, niños y adolescentes para lo cual deberá promover el uso y adopción de la Clave Única de Registro de Población (CRUP). En ningún caso la ausencia de la CURP obstaculizará el acceso a los servicios educativos. La falta de documentación de niñas, niños y adolescentes no será obstáculo para garantizar sus derechos.

Según la Norma, la responsabilidad directa para recibir e inscribir a los NNA es de los directores de escuela. Lamentablemente esto no se cumple a cabalidad en Sonora ni en el resto del país. Todavía hay mucho que hacer. Necesitamos muchos maestros Aragón. Enhorabuena.