OPINION

Una sonorense en Cataluña

Leviatán

Columna de César TovarCréditos: TRIBUNA
Escrito en OPINIÓN el

Después de meses de espera, reclamos, angustias y dudas, Claudia Pavlovich es la flamante cónsul en Barcelona; cumplió su sueño y para eso sólo tuvo que invertir la poca credibilidad que le quedaba y, obvio, tiempo par endulzarle el oído al presidente López Obrador.

Hay que reconocerle a la exgobernadora que peleó por el cargo no sólo con uñas y dientes, sino tragando cuanto sapo se le atravesó. Hizo su jugada y le salió para rabia de sus rivales políticos, y, obvio de miles de ciudadanos que atestiguan cómo la impunidad se viste de Prada con auspicio de Palacio Nacional.

Pero lo relevante es que el mensaje que Pavlovich y el presidente envían es evidentemente dañino, pues toman a los sonorenses como ciudadanos que no merecen explicaciones, mucho menos justicia.

Llegó a tal grado este desprecio que nos enteramos de que ya ejercía en el servicio exterior por una foto que el secretario de turismo federal subió a sus redes, no mediante un comunicado de su parte, ni mucho menos de una comunicación efectiva por parte de la Cancillería.

Vamos, que ni el propio gobernador Durazo, uno de los principales críticos de Pavlovich cuando aún gobernaba y él era aspirante al cargo, la mencionó en su comparecencia ante los medios de comunicación la mañana de ayer.

Si Claudia es cónsul nadie debe cuestionarlo porque el dedo flamígero de AMLO así lo dispuso; si llegó ahí bajo un acuerdo cupular, cuando decidió allanarle el camino a Morena al gobierno del estado y ser la mediadora entre Palacio Nacional y los gobernadores de oposición, debe asumirse sin chistar.

En un resumen del estado que guarda la política y la forma de hacer gobierno en México, una mujer que dejó a su estado malherido y con graves problemas financieros se va a otro país, a un puesto que, en teoría, tendría que ocupar una persona con credenciales diplomáticas

Y todo, claro, con el auspicio de un presidente que juró ir en contra de los amiguismos, del pago de favores, de la vieja política que tanto enlodó a la nación.

Una sonorense en Cataluña es ejemplo de esa mentira.

@cmtovar