OPINION

¿Qué le debe Sonora a la llamada 4T?

Columna de opinión de Bulmaro PachecoCréditos: TRIBUNA
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Ya comenzaron a circular por la entidad algunos personajes que se hacen llamar representantes de los aspirantes de Morena a la Presidencia de la República. Buscan atraer seguidores, dentro y fuera de las filas del partido Morena, y en la clase política estatal en general.

Es decir, Morena como partido nuevo en el escenario nacional y local, no cuenta con estructuras ni con el número de militantes activos que pudieran presumirse para sumar fuerzas a favor de cualquiera de las ahora conocidas como “corcholatas” presidenciales. Por eso buscan en forma denodada entre inconformes, pretensiosos o “asalta oportunidades”, —a la primera que se presente—, que en el momento político…No faltan.

La candidatura y la encuesta definitiva deberán estar listas por allá a mediados del 2023. Se ha dicho que la candidatura recaerá en quien salga mejor en las encuestas, pero no han faltado voluntarios que ya empiezan a desplegar publicidad política de los aspirantes en edificios y calles, o tratando de agrupar a quienes se dicen miembros de ese partido como a quienes desde otras trincheras —y partidos— buscan acomodarse en espacios de los grupos promotores.

Bueno será que quienes han aceptado la invitación para sumarse a esos grupos, realicen una reflexión seria y bien meditada de lo que para Sonora ha significado la llamada 4T y lo que ha hecho por el estado a la fecha, desde que en lo federal ha sido gobierno (a casi 8 años de su creación como partido político): ¿Qué tanto le debe Sonora a Morena y la 4T?, ¿Qué tanto han hecho Morena y la 4T por Sonora en esos años? Se trata de hacer un análisis objetivo, sin fanatismos, aunque se ve una pérdida de conexión con la realidad sonorense de parte de la llamada 4T, el embrollo de los graves problemas de seguridad es la mejor prueba.

Dijeron, por ejemplo, que iban a formar “una nueva clase política” al tomar las riendas del poder, pero no lo han cumplido. Gobiernan con personajes reciclados de otros partidos y otras formaciones políticas y no se conoce de una nueva generación de políticos y administradores públicos que hayan traído una nueva mística de servicio o hayan aportado algo a la modernización de Sonora. Al contrario, experimentamos una verdadera regresión política con prácticas que se creían desterrados de las administraciones públicas, como el nombrar a parientes de todos los grados para los cargos públicos y revivir las plazas hereditarias sin rubor alguno en algunos rubros muy marcados en salud y educación.

Desde el principio los filósofos de la 4T provocaron un caos administrativo con la supresión de la mayoría de las delegaciones federales, y crearon vacíos administrativos que dificultaron la relación de la gente con el gobierno federal. Se quejaron de un agotamiento en la función de los delegados federales, pero no diseñaron alternativas que hicieran mas eficiente el servicio al público en general.

La controvertida figura de los llamados súper delegados quedó desdibujada rápidamente porque fueron rebasados, y en sectores sensibles de la administración federal como la educación, la economía y las relaciones exteriores, donde complicaron innecesariamente la tramitología y cayeron en servicios deficientes e indolencia administrativa.

Los grandes sistemas de salud con derechohabiencia afiliada no han sido prioridad para la 4T en Sonora y al parecer en ninguna parte de México.

Las evidencias ahí están. Entraron en crisis los tiempos tiempos de espera —sobre todo en las consultas de especialidades—, el abasto de medicamentos y la programación de cirugías (por varias razones a cada rato se suspenden, con la consecuente molestia de los derechohabientes).

Los problemas en esas instituciones están peor que antes, y nos les ha caído ninguna porción de la cacaraqueada transformación ofrecida y anunciada por la llamada 4T desde hace cuatro años.

No hay una nueva institución de educación superior y/o media superior en Sonora (de 2018 a la fecha), que se deba al esfuerzo y a la intención del gobierno federal para contribuir con los ciclos anteriores y ampliar la cobertura en media superior y superior como había sucedido antes.

Desde octubre del 2018 se anunciaron tres universidades: Una para Agua Prieta, otra para Plutarco Elías Calles y una más para Etchojoa (Buaysiacobe). Serían parte de las mil universidades “Benito Juárez” en toda la República. A cuatro años del ofrecimiento no se sabe que estas casas de estudio hayan sido inauguradas o estén aportando algo para los municipios en su desarrollo, o que las carreras ofrecidas a sus estudiantes tengan pertinencia con las características del desarrollo regional. Eso sí, han construido dos escuelas de béisbol que se crearon con la compra de los estadios de Hermosillo (Héctor Espino) y Cajeme (Tomás Oroz).

Ha habido avances en el plan de justicia Yaqui y en los ocho pueblos de la etnia se observan nuevas viviendas (800), mejores caminos, una universidad indígena en construcción, una radiodifusora, el compromiso de restituir sus antiguas tierras y construirles un acueducto para dotar de agua potable a los habitantes de los 8 pueblos. Hasta ahora el avance en el plan de justicia Yaqui a juicio de los habitantes es del 50%. Falta que arranquen los planes destinados a los Mayos, Guarijíos y Seris.

250 mil sonorenses adultos mayores reciben 3,850 pesos cada dos meses. Están becados 96 mil estudiantes de educación media superior (850 pesos mensuales) y siete mil en el nivel superior (2,500 al mes).

Con todo y la crisis de inicio, los programas de vacunación han funcionado evitando más muertes.

Los de la 4T no han concluido en cuatro años, los cinco kilómetros que quedaron pendientes de la carretera internacional en el tramo Imuris- Nogales, para concluir el esfuerzo de varios sexenios federales que desde 1986 la construyeron de Estación Don a Nogales.

Falta que se inaugure el nuevo hospital general de especialidades (del que no se sabe cual es la realidad) y se clarifique la nueva estrategia del sistema de salud y hospitalario sonorense, que por ahora luce en chino y donde se presentan nubarrones, como las nuevas plazas, las nuevas basificaciones y el financiamiento real (de dónde y cómo vendrá) para la prestación del servicio de salud a la población abierta, esa que no se encuentra afiliada a ningún servicio de salud y que en el pasado inmediato se apoyaba en el seguro popular que la 4T borró del mapa. También falta que se fijen fechas y plazos para la construcción de los —anunciados sexenios atrás— nuevos hospitales del IMSS en Navojoa, Guaymas y San Luis Río Colorado.

No hay una gran obra de infraestructura que la 4T haya aportado a Sonora en 4 años como en su tiempo lo hicieron con las Presas, Cárdenas, Alemán,Ruiz Cortines y López Mateos, la educación con Luis Echeverría y las carreteras con De La Madrid, Salinas,Calderón y Peña Nieto. Quizá la carretera Agua Prieta-Bavispe cuando esté terminada. El resto de las inversiones anunciadas por el gobernador Durazo todavía no aterrizan, quizá esperando recursos y tiempos presupuestales, pero eso se verá en la evaluación del primer año del nuevo gobierno estatal.

Va a cumplir cuatro años la llamada 4T y muchos en Sonora extrañan las estrategias de diálogo que los Presidentes de México desde Lázaro Cárdenas a Peña Nieto instauraron con los sonorenses todos (empresarios, agricultores, alcaldes, rectores, sindicatos, jóvenes, mujeres, dirigentes sociales y políticos etc.) Por ahora ese diálogo no se da y quizá no se dé en lo que resta del sexenio. En eso y otras cosas, la 4T le está quedando a deber a los sonorenses en los inacabables pendientes de México con Sonora y con quienes en 2018 creyeron en otro estilo y en otro modelo…Y le aportaron 650 mil votos.

bulmarop@gmail.com