Hermosillo, Sonora.- En un acto que demuestra el esfuerzo continuo por mermar la capacidad operativa de los grupos delictivos, la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa) realizó la destrucción de un considerable arsenal en las instalaciones de la Cuarta Zona Militar en Hermosillo. Un total de 586 armas de fuego, previamente aseguradas en diversas operativos contra el crimen organizado, fueron inutilizadas de forma permanente.
El evento, en conmemoración del Día Internacional de la Destrucción de Armas de Fuego, fue presidido por altos mandos militares y contó con la presencia de autoridades civiles, incluyendo al Secretario de Seguridad Pública de Sonora, Braulio Martínez Navarrete. La ceremonia no solo representó un acto simbólico, sino una medida tangible para garantizar que dicho armamento no vuelva a ser empleado en actividades ilícitas que afecten la seguridad de la ciudadanía.
El coronel de infantería David Córdoba Reynoso, jefe de Estado Mayor de la Cuarta Zona Militar, detalló la composición del lote destruido: 331 armas largas, como fusiles de asalto, y 255 armas cortas, entre pistolas y revólveres. Adicionalmente, se procedió a la destrucción de más de 69 mil cartuchos de distintos calibres y mil 702 cargadores, componentes esenciales para el funcionamiento de este armamento.
Córdoba Reynoso destacó que esta acción se alinea con la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y representa un avance concreto hacia la pacificación. "Cada arma que se neutraliza es un instrumento menos en manos de la delincuencia para cometer delitos que atentan contra la integridad y la paz de la población", señaló el mando militar, enfatizando que estos aseguramientos son producto de la labor coordinada entre el Ejército, la Marina, la Guardia Nacional y las corporaciones policiales estatales y municipales.
El proceso de destrucción fue ejecutado por personal especializado del Servicio de Materiales de Guerra del Ejército. La metodología empleada consiste en someter cada arma a una serie de cortes estratégicos, tres transversales y uno central, mediante una máquina de disco industrial, garantizando así su inutilización total e irreversible. Esta medida asegura que las piezas no puedan ser reutilizadas o reensambladas, cerrando definitivamente el ciclo de vida de un armamento que en su momento fue utilizado en delitos de alto impacto como homicidios, secuestros y robos con violencia.
Fuente: Tribuna
