Ciudad Obregón, Sonora.- Graciela Carmona, mujer de la tercera edad, todas las mañanas, se prepara un café y sale al porche de su casa a esperar a ‘Don Martín’, quien desde hace más de 15 años le entrega las cartas que envían sus hijos desde Estados Unidos, las cuales con las nuevas tecnologías son cada vez más escasas.
El tiempo cambia y se lleva lo que no se actualiza, ya no existe ese tiempo cuando de puño y letra uno redactaba una carta y tenía que llevarla a Correos Mexicanos, para que fuera enviada al destinatario, y esperar la respuesta, que siempre traía el cartero con una gran labor de servicio, eso se acabó, se ve en el mismo estado de las oficinas de correos, nos quedamos en una época que ya fue”, compartió Graciela.
Mario Velarde, cartero de oficio, explicó que los avances tecnológicos han vuelto obsoleto el envío de cartas, además la competencia con empresas privadas y el servicio arcaico que mantiene el servicio postal, ha favorecido a su decadencia, pese al intento de mantenerse vigente con la entrega de paquetería y correspondencia comercial.
Personal del Servicio Postal Mexicano (Sepomex), explicó que demás de servir a clientes individuales, Correos de México trabaja con clientes corporativos para la entrega de correspondencia. Así como que el servicio incluye la entrega de paquetería, la cual es actualmente de las más buscadas por los usuarios, pero que la competencia con grandes compañías particulares, dificulta el contar con mejores condiciones de trabajo y por ende se ven afectados los tiempos de entrega, de hasta dos semanas cuando las particulares tienen plazos de entrega garantizada de menos de un día de tardanza.
Gregorio Sánchez, vecino de la colonia Constitución, señaló que parte de la poca simpatía de los usuarios para utilizar el servicio de Correos de México, es el aspecto tanto en sus trabajadores como en sus oficinas.
Solo quedan ruinas de lo que fue la oficina de correos aquí en la colonia, antes yo recuerdo que venían no solo los adultos, sino niños que enviaban sus cartas, ya sea para juntar sus estampas de álbumes, o alguna promoción de una empresa nacional, o solo para coleccionar los timbres postales”, recordó.
Del mismo modo explicó que actualmente se puede seguir viendo llegar al cartero a bordo de su bicicleta, o en el mejor de los casos en una moto pequeña, entregando la correspondencia, mientras que compañías privadas llegan a bordo de camionetas con tecnología de punta.
Fuente: Tribuna