Wisconsin, Estados Unidos.- Como algunos habrán aprendido con el Covid-19, para la comunidad científica es de suma importancia encontrar los orígenes de ciertos virus, para de esta manera comprender de mejor manera al patógeno; sin embargo, de forma similar a lo ocurrido en Wuhan, China, en ocasiones no es posible identificar el nacimiento de estos padecimientos, por lo que las teorías comienzan a surgir. Tal fue el caso del ébola.
De acuerdo con información del portal de la clínica Mayo, esta enfermedad se propaga de persona en persona por medio del contacto directo con los fluidos corporales de una persona contagiada o que ya haya fallecido. Dichas sustancias pueden ser sangre, heces, vómito, semen, saliva, leche materna, lágrimas, sudor y flujo vaginal. Según datos del mismo portal, los síntomas pueden variar entre dolor: abdominal, articular, muscular y en el pecho. El paciente también puede presentar deshidratación, escalofríos, fatiga, fiebre, malestar, sudoración, diarrea, náuseas, vómito normal o con sangre, confusión y manchas rojas en la piel.
De la misma manera que el SARS-CoV-2, hasta la fecha se desconoce el origen exacto del ébola, aunque se cree que esta enfermedad pudo surgir de forma natural del contacto de animales de Guinea con los humanos. También se cree que pudo haber saltado de un murciélago a una persona, aunque los investigadores aún no encuentran al ser original que portaba a esta peligrosa afección.
Según información del tabloide británica, Daily Mail, el virólogo Jonathan Latham, exinvestiador de la Universidad de Wisconsin y el periodista Sam Husseini, aseguran que esta infección en realidad surgió de un laboratorio ubicado en África Occidental, que fue financiado por Estados Unidos. El análisis del académico indica que hay varias inconsistencias en la cronología oficial de la epidemia desatada por el ébola en el 2014.
La base de la investigación de Latham es que el virus pudo surgió durante las actividades de investigación de rutina de un laboratorio en Kenema, Sierra Leona, que recibía fondos por parte del Gobierno de Estados Unidos, ya que, en aquel entonces el centro de estudio buscaba realizar un trabajo sobre la fiebre de Lassa, por lo que estaban trabajando con virus hemorrágicos muy parecidos a lo que es el ébola. Aunque hasta el momento esta es una teoría más sobre la raíz de este peligroso virus y aún no ha sido corroborada como tal.
Fuentes: Tribuna