California, Estados Unidos.- Tras su explosiva salida de la Familia Real Británica, Meghan Markle y el Príncipe Harry dividieron opiniones, no solo en Inglaterra, sino también en Estados Unidos, país en el que actualmente residen y es que, según declaraciones de una fuente del Daily Mail, que radica en el país gobernado por Joe Biden, la pareja no es precisamente querida en su vecindario en Montecito, California.
Como algunos sabrán, el hijo de Lady Diana y la actriz de Suits habitan en una modesta mansión de nueve habitaciones, cancha de tenis y piscina, misma que está valuada en un precio de 11 millones de dólares. El inmueble se encuentra ubicado en una zona de clase de alta y sin embargo, la pareja no es del todo aceptada por sus vecinos, ya que, según el informante, hay quienes los quieren, pero también quienes los odian.
No hay término medio: o los amas o los odias. Algunos piensan que es una campeona de las mujeres y de la igualdad racial; otros piensan que solo buscan tener dinero (...) No son populares entre la gente rica y vieja de la guardia de Montecito
Por otro lado, el afamado escritor George Wayne, quien se encarga de hablar de las personas más influyentes en Estados Unidos, aunque principalmente de Nueva York, declaró que no deseaba tener relación con Markle, a quien directamente insultó: "No hay nadie que yo conozca o que me interese conocer, que sea fanático de la subterfugio y ratonil de Meghan. Parece ser que el disgusto por la celebridad de Deal or no Deal se avivó con la presentación del promocional de su docuserie Harry y Meghan.
Y es que, según algunas personas, el material que los duques de Sussex lanzarán por la plataforma de Netflix parece ser poco genuino, debido a que mostraron fotografías de Meghan, supuestamente llorando mientras hablaba por teléfono, lo que hizo que mucha gente se cuestionará quién retrataría los momentos privados y difíciles de la pareja, a no ser que planearan hacer un documental desde el principio de todo.
Esta situación no mejoró luego de que surgieran rumores de que Meghan y Harry recibieron la nada despreciable cantidad de 100 millones de dólares por realizar este documental, lo que provoca aún más molestia entre los usuarios de Netflix, quienes comentan que tanto Markle como el hijo de Carlos III habían abandonado sus deberes reales para mantener una vida con perfiles bajos y lejos del foco de atención.
Fuentes: Tribuna