Ciudad de México.- Una de las noticias que más ha impactado al mundo del espectáculo en México fue la muerte del primer actor Manuel Salvador Ojeda Armenta, quien a los 81 años y con más de 40 años de trayectoria, seguía siendo de los más activos dentro de la pantalla chica como en el séptimo arte, razón por la cual su deceso ha sido uno de los que más ha afectado al gremio artístico, al tiempo que se ha resaltado su legado prevalecerá en cada una de las obras que rodó.
El actor nació en La Paz, Baja California Sur el 4 de noviembre de 1940 y el arte pronto llamó su atención, tanto que se vio orillado a llegar a la Ciudad de México con el objetivo de formarse en el Instituto de Bellas Artes, profesión que en la década de los 70 le permitió saltar al estrellato aunque de la mano del teatro, pero pronto su talento conquistaría el séptimo arte pues inició con una larga trayectoria en cine gracias al proyecto Canoa, el cual contó con la dirección de Felipe Cazals quien destacó la participación del finado pues demostraba cierto talento por los antagónicos.
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"Me vine hace más de 50 años a México. Nací en un barrio que ahora ni se cómo se llama, en la calle Madero. Mi vida ahí fue muy feliz, ahí hice toda mi primaria, mi secundaria, vivían mis padres en ese tiempo, todo fue muy tranquilo; desde muy joven tuve que trabajar porque no podía sostener misestudios de secundaria", declaró en el pasado el actor.
Fue en 1978 cuando su rostro llegó a la pantalla chica gracias a la telenovela Santa, la cual le abrió la puerta a otras telenovelas como fue el caso de El derecho de nacer, Amor ajeno, Alborada o De pura sangre, solo por mencionar algunas, donde su porte fuerte y voz imponente pronto se ganó al público quienes sentían cierto resentimiento por sus papeles pero a la vez aplaudían la manera en que tenía de interpretar, pues fuera de cámara era descrito como una persona capaz de compartir su conocimiento con otros actores y nunca negó una foto a cualquier fan.
No obstante, pese a su larga trayectoria, uno de los papeles que más le ha valido el reconocimiento del público fue el que hizo en la telenovela El vuelo del águila donde debido a su apariencia física, personificó al expresidente Porfirio Díaz quien con más de 30 años en el poder, consiguió que se dividieran las opiniones de la ciudadanía, ya que unos admiraron al político, al tiempo que otros lamentaron que estuviera tanto tiempo al frente del país.
En total, Manuel Ojeda filmó 291 películas y compartió créditos con personalidades como Fernando Soler, Pedro Infante, Andrés Soler, Norma Herrera, Ana Martin, Jose Carlos Ruiz, Lucero o Fernando Colunga, ya que además de ser uno de los actores que más sobresalió en las telenovelas mexicanas, también se aplaudió si participación en cintas como Las Poquianchis, Pedro Páramo, El Apando o La pasión según Berenice.
Cabe destacar que además de México, Manuel Ojeda incursionó en Hollywood pues participó en la cinta Romancing the Stone pero su acercamiento con el cine internacional no lo convenció; incluso, se dijo que llegó a rechazar participar con Michael Douglas una cinta pues él ya tenia renombre en la pantalla nacional, algo que para él era más importante mantener que buscar figurar dentro de los artistas de talla internacional.
"Él (Michael Douglas) me pedía mucho que yo me quedara en Estados Unidos abriéndome paso. Me ponía ejemplos y me decía: 'mira, tú tienes un tipo que puede dar muchísimas personalidades de diferentes naciones, de diferentes países, no solamente el tipo mexicano. Puedes hacer árabe, puedes hacer hindú y eso a los productores estadounidense les fascina'", narró.
Pese a haber hecho un filme en Estados Unidos, Manuel Ojeda había manifestado que no se arrepentía de nada, mucho menos de haber desairado el sueño americano pese a que además de Michael Douglas, tuvo la oportunidad de convivir con Danny DeVito, pero para él su carrera en México era más importante que cualquier reconocimiento, tanto que llego a manifestar que el trabajo era tan importante pese a su avanzada edad que, de no seguir rodando, llegaba a deprimirse.
Fuente: Tribuna