Ciudad de México.- Una reconocida primera actriz y comediante, quien tiene una trayectoria artística de casi 50 años en Televisa, reapareció luego de haber acabado en silla de ruedas y postrada en un sillón tras no poder caminar luego de sufrir una aparatosa caída. Se trata de Lucila Mariscal, quien tras resultar con una fractura de cadera, acabar sin trabajo y sin dinero, pues afirmaba que sobrevivía de donaciones, confesó que intentó quitarse la vida por segunda vez.
Mariscal, quien saltó a la fama por su personaje de 'Lencha' y participó en programas de San Ángel como Los Polivoces (1976), La carabina de Ambrosio (1982 - 1984), Mujer, casos de la vida real (2003 - 2005), Qué madre tan padre (2006) y Central de Abastos (2008), además de telenovelas como Valentina (1993), Azul (1996), Vivo por Elena (1998), entre otras, pasó por un terrible momento de salud, mental, laboral y económico.
Mariscal reveló que, al no tener trabajo ni ahorros, ahora vive de donaciones de fundaciones que apoyan a personas de la tercera edad al no tener un trabajo por su situación. Vivo al día y de fundaciones", mencionó hace unos meses.
Tras tener problemas con su nieto, quien aseguró la maltrataba, al igual que un exmarido (quien no solo la agredía sino que asegura la dejó en la ruina), la actriz de 79 años sufrió una grave caída que la dejó prácticamente inmóvil y estuvo hospitalizada 11 días. Tras meses de infierno, Lucila afortunadamente fue apoyada y pudo someterse a una cirugía, la cual fue un éxito y ya ha podido dar sus primeros pasos, sin embargo, confiesa que antes de su intervención intentó suicidarse. En exclusiva para el matutino Sale el Sol, reveló que cayó en una fuerte depresión, misma que confiesa la llevó a querer acabar con su vida.
"Yo ya no esperaba nada, me quería morir, no quería estar aquí. estaba harta, desesperada, angustiada y dije: 'yo me voy a suicidar'", dijo dejando en shock a todos. "Yo cogí el cuchillo y aquí lo detuve (antes de que tocara su abdomen) o me lo detuvieron. Y me entró un arrepentimiento horrible (...) Lo primero que hice fue pedirle perdón a Dios", recordó. Posteriormente, quien la ayudó fue el periodista Gustavo Adolfo Infante, quien contó que le llamó y abrió su corazón con él para contarle.
"Me habla y me dice '¿cómo estás?' y me solté. Le digo 'bien triste, esto y aquello' no le dije que me iba a matar, me lo calle. Entonces me dijo: 'no, mira Lucila, yo no sé cómo le voy a hacer pero yo te voy a ayudar'", relató. Finalmente, Lucila reveló que no volverá a suceder: "No vuelve a pasar, yo siento que de ahora en adelante, esté como esté, en la condición que esté, de ahora en adelante yo voy a estar bien, porque te va cambiando la vida (...) Con ayuda del bastón ya puedo subir y bajar escaleras", concluyó.
Fuente: Tribuna