Londres, Inglaterra.- Es posible que una de las dudas más grandes que han surgido, luego del fallecimiento de la reina Isabel II, de Reino Unido, es ¿qué pasará sus perros? Y es que, como muchos sabrán, la afamada monarca sentía un gran amor por los canes, mismos que la acompañaron durante gran parte de su vida, motivo por el que mucha gente llegó a cuestionarse cuál sería el destino de los pequeños, una vez que la soberana falleció, ¿será que irán a dar a la perrera?
Como muchos sabrán, en el año 2015, la reina Elizabeth le dijo a su entrenador de caballos, Monty Roberts, que no quería tener más perros jóvenes, ya que, sabía que, a su edad avanzada, podría partir en cualquier momento y ella no quería "dejar atrás a ningún perro joven", es por esta razón que la madre de Carlos III se negaría a añadir más canes a su cuidado; sin embargo, todo cambió cuando su esposo, el príncipe Felipe, comenzó a presentar complicaciones de salud.
Según algunos informes, su hijo, el controversial príncipe Andrés le obsequió a Isabel II dos cachorros, 'Muick' y 'Fergus', esto para intentar animarla. Este hecho habría sido sumamente significativo para la reina, ya que, habrían sido los dos perros quienes le trajeron alegría después de su esposo perdió la vida. De acuerdo con los informes de Page Six, la soberana sonreía cada vez que veía a los canes jugar.
Cabe señalar que, además de 'Muick' y 'Fergus', Isabel II dejó 'huérfanos' a otros dos perritos, se trata de una dorgi, llamada 'Candy' y una cocker spaniel, conocida como 'Lissy'. Y sí tú eras de las personas que estaban con el pendiente de saber cuál sería el destino de los canes, podrás respirar tranquilo, ya que, no irán a dar a la perrera, esto es debido a que todos ellos irán a vivir con el duque y la duquesa de York, Andrés y Sarah 'Fergie' Ferguson, así que, es posible que los pequeños continúen teniendo una vida ostentosa, tal y como la reina madre los tenía acostumbrados.
La monarca fue reconocida por estar rodeada de sus perros todo el tiempo, incluso la Princesa Diana llegó a declarar que parecía que una "alfombra en movimiento" solía rodear a la reina. Esta por demás señalar que sus 30 canes (llegó a tener esta cantidad de cuadrúpedos en vida) estuvieron llenos de lujo. Todos ellos pasaron sus días en su propia habitación en el palacio, la cual fue conocida como la Habitación Corgi. Solían dormir en cestas de mimbre, cubiertas con cobijas que debían ser cambiadas a diario.
El menú de los perros consistía en carne de conejo y ternera fresca, misma que era preparada por un chef, mientras que en Navidad, las mascotas de la reina siempre tenían regalos en sus medias, ya que, se dice que Isabel II, siempre se aseguró de que tuvieran juguetes y golosinas para su disfrute.
Fuentes: Tribuna