Cajeme, Sonora.- Aunque el 10 de mayo es mayormente un día de celebración por el Día de las Madres, en México el complejo panorama al que se enfrentan las mamás invita a la reflexión. Las condiciones de desigualdad, la violencia en su contra y la falta de oportunidades son algunos tópicos a considerar.
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En lo económico, la desaceleración, la alta inflación y la pandemia del Covid-19 han complicado aún más el papel de la mamá mexicana, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Principalmente porque para una mujer el tener hijos representa que su participación en lo laboral disminuirá y por el contrario para el hombre aumentará, es decir la brecha de desigualdad está muy marcada. El procrear también representa que su educación se verá frenada, pues muchas de ellas no terminarán ni la educación básica y esto coincide con las cifras de embarazos adolescente donde México ocupa los primeros lugares.
Las madres del país también se enfrentan a la violencia, dentro de casa son presa fácil de sus parejas, hoy más que nunca, y con el confinamiento, la violencia familiar mostró sus peores cifras en años, consecuencia de la cultura machista tan arraigada. Las cifras de feminicidios y asesinatos de mujeres se han disparado en lo que va del sexenio.
También son víctimas indirectas de la violencia en el país, miles de mamás han salido a las calles a buscar a sus hijos ante la crisis de desapariciones que vive México. La ineficiencia de las autoridades ha obligado a las madres a formar colectivos de búsqueda para localizar a los suyos y llevarlos a casa.
Por otra parte, aquellas mamás que solo pueden acceder a los servicios de salud públicos se enfrentan a la violencia obstétrica, la cual se vio multiplicada por la pandemia; México rebasa el número de cesáreas recomendadas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Dar a luz en la etnia guarijía, entre la y la muerte
Ser madre en la comunidad indígena guarijía, representa un auténtico reto, debido a que la etnia no cuenta con acceso a la salud, lo cual, provoca que la mortalidad entre mujeres embarazadas y en infantes, se ha convertido en uno de los principales motivos de fallecimientos en la comunidad.
Los principales poblados de la etnia guarijía son Mesa Colorada, Bavívora, Guajaray y Los Bajíos, sin embargo, estos poblados se encuentran a casi tres horas de distancia con la cabecera municipal de Álamos. “Los trabajos de parto en ocasiones resultan peligrosos, sobre todo cuando hay una complicación; lo que hacen las familias de la etnia es buscar atenderse con parteras y se le va dando seguimiento al embarazo, pero cuando ya se acerca la fecha de parto, buscan trasladarse a las comunidades donde puedan recibir atención médica, pero no todos los casos pueden hacerlo”, señaló Martín Preciado Bracamontes, delegado del Bienestar en la Región del Mayo.
Precisó, que para trasladar alimentos, vacunas o medicamentos al corazón de la etnia, como lo son las comunidades de Mesa Colorada o Bavívora, únicamente se puede llegar montando una bestia, o en helicóptero, éste último, sólo se tiene acceso cuando se trata de una emergencia médica.
Fuente: Staff