Ciudad de México.- Cada 15 de septiembre se ha vuelto tradición que las familias mexicanas se reúnan en casa con platillos típicos del país, adornos tricolores y música regional. Otros acuden a eventos locales en lo que abundan puestos culinarios y espectáculos de pirotecnia. El objetivo es el mismo: celebrar el Grito de la Independencia de México y decir al unísono: "¡Vivan los héroes que nos dieron patria!, ¡Viva Hidalgo!, ¡Viva Morelos!, ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!, ¡Viva Allende!, ¡Viva Aldama!, ¡Viva la independencia Nacional! ¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!".
La fiesta no termina ahí, pues el 16 fue declarado como día de descanso obligatorio en conmemoración a la Independencia. Te contamos qué fue lo que pasó en esta fecha tan especial. El día 16 marca el inicio de una lucha heroica en la que participaron criollos y nativos para desprenderse del yugo español que fue cuestionado hasta 1809 durante reuniones clandestinas organizadas en Querétaro. Como podrás imaginar, la rebelión no fue rápida, ni sencilla. De hecho, para que México se proclamara como un país autónomo tuvo que pasar una década.
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El sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla repicó la campana de Dolores durante la madrugada del 16 se septiembre tras enterarse de que el Gobierno Virreinal por fin estaba cobrando consciencia de que había movimientos que conspiraban en su contra. Este acto de rebelión se enmarcó por consignas a favor de la Virgen de Guadalupe, a la Iglesia Católica, a la Independencia y a América, en detrimento del mal gobierno, las injusticias y los gachupines.
Fue ésta la pieza clave que dio pie al levantamiento en armas cuyo ánimo revolucionario se extendió a otras regiones del país. Y once años más tarde, el 27 de septiembre de 1821 concluyó la disputa que vertió sangre en territorio novohispano. Tras ello, el primer presidente de México, Guadalupe Victoria dictó en 1825 que el 16 de septiembre sería considerada como fiesta nacional para recordar a los personajes que dieron su vida por la libertad.
Y en 1896, Porfirio Díaz mandó traer la famosa campana de Dolores desde Guanajuato hasta el Palacio Nacional en la capital para tocarla. De este modo se consolidó una tradición que se mantiene viva hasta la actualidad. Son los representantes del Gobierno quienes repiten el memorable discurso del sacerdote y hacen sonar la campana.
Fuente: Tribuna Sonora