Rumania, Transilvania.- Elizabeth o Erzsébet Bathory, nació el 7 de agosto de 1560 en Hungría de una de las familias más antiguas y adineradas de Transilvania, era una mujer de gran belleza, apariencia delicada y muy inteligente pues tenía bastantes habilidades con la política, ciencia, artes, astronomía, alquimia, así como también dominó cuatro idiomas.
En la infancia de la Condesa, demostró varios ataques de rabia intensa, médicos de la época señalaron que sufría de epilepsia.
A la edad de 11 años se compromete con Ferenc Nadasdy de 26 años, hijo de otra familia húngara de la aristocracia, a los 13 años de Elizabeth quedó embarazada de un sirviente lo cual se mantuvo en secreto y cuando tuvo a su hijo, lo sacaron del país.
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Dos años después se casó con su prometido. Al poco tiempo de estar casada con Ferenc Nadasdy, se empezó a sentir muy sola en el castillo pues su esposo era general del ejército conocido como El caballero negro tenía que presentarse al campo de batalla.
Tras esto la Condesa mostró interés por el mundo del esoterismo rodeándose de corte de brujos, hechicería y alquimistas. Elizabeth empezó a poner en práctica algunas técnicas de tortura a las sirvientas y doncellas como poner agujas finas debajo de las uñas, dar llaves o monedas al rojo vivo para quemarlas o verlas morir congeladas después de echarles agua fría.
Entre este tipo de sucesos que provocaba la joven, inició a tener baños de sangre, pues creía que la mantendrían joven y bella por siempre siendo una práctica de los asesinos vampíricos como su antepasado Vlad III (Drácula) Tepes. Tiempo después tuvo cuatro hijos, Ana, Úrsula, Katherina y Pablo siendo una madre muy protectora para ellos e incluso una buena esposa.
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Elizabeth Báthory quedó viuda a los 44 años, justo en el momento que comenzó actividades muy atroces como mandar que le cocieran la boca a una chica que hablaba mucho, a otra mujer la obligó a sentarse en una parrilla al rojo vivo, donde no la levantaron hasta dos horas después.
Un día una joven sirvienta fue mandada a que le cortaran las venas y cuello para llenar la bañera de la Condesa y así volverse más joven.
Esto se convirtió una obsesión para ella, las terribles acciones donde terminó con la vida de aproximadamente 650 personas, sobre todo doncellas para sus baños de sangre.
Finalmente fue capturada y condenada a prisión perpetua, le daban de comer por una rendija muy diminuta provocando su muerte cuatro años más tarde a la edad de 54 años.
Fuente: La Vanguardia