Hull, Inglaterra.- Una joven madre quedó traumatizada tras no poder hacer más que llorar de impotencia al ver cómo parteras dejaban morir a su bebé prematuro en sus brazos.
Bethany Lamming contó que tuvo a su bebé a las 21 semanas de gestación en el Hospital para la Mujer y los Niños en la ciudad de Hull, Inglaterra. Esta condición fue definitoria para que el personal médico decidiera no brindarle más tiempo a algo que consideraban una causa perdida.
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La madre dijo que la decisión se tomó aunque su bebé era capaz de respirar por sí mismo. La medida se toma una estricta guía nacional -que confirmó una universidad de Hull- que dice que "no es apropiado" intentar resucitar a bebés que nacieron antes de la semana 22 de gestación.
La normativa fue establecida por la Asociación Británica de Medicina Perinatal. Los expertos consideran que los bebés menores de 22 semanas no podrían sobrevivir debido a que los pulmones, por lo general, no se han desarrollado todavía.
Por esta razón, aunque el bebé respiraba y lloraba por sí mismo, el personal médico no intentó algo para ayudarlo. Solo se acercaron hasta Bethany y le dijeron: "Lo sentimos mucho, nosotros no podemos hacer nada por tu bebé".
Lamming, de 21 años, dijo que ver a su bebé morir en brazos mientras rogaba por ayuda es algo que la atormentará por siempre. "No fue el personal médico, fue el sistema. Aun cuando quisieran hacer algo, no podrían", lamentó.
"Cuando di a luz y (mi bebé) lloró enseguida, una partera me dijo: 'No sé qué hacer' y ahora esa escena se repite en mi cabeza. No fue solo traumático para mí, también lo fue para las parteras", consideró.
Fuente: The Sun