Tanna, Vanuatu.- Desde hace 50 años, los habitantes de una tribu remota en Yaohnanen adoran al príncipe Felipe como un Dios. Según ellos, el duque de Edimburgo era el hijo de la deidad de la montaña.
Todos los días, explican los locales, le rezan a fotografías e imágenes del príncipe que tienen en casi todas las viviendas. Sus peticiones son para obtener comida.
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En la década de 1960, los habitantes de Yaohnanen comenzaron a rendirle tributo desde que vieron fotos de él y su esposa, la reina Isabel II.
Por alguna razón, los lugareños ligaron a la pareja con una antigua leyenda de Vanuatu que dice que un hijo del Dios de la montaña, a quien se describe como alguien de piel pálida, viajó a través del mar para casarse con una mujer rica y poderosa.
Los habitantes de la isla tienen decenas de fotografías del príncipe Felipe. Entre todas, una a la que tienen especial cariño es donde aparece sosteniendo un garrote que ellos mismos hicieron y le enviaron a Londres.
Si viene un día, la gente no será pobre, no habrá enfermedades, no habrá deudas y el jardín crecerá muy bien", dijo el jefe de la aldea, Jack Malia.
Fuente: Reuters